La emigración incontrolada –impulsada por la miseria, la corrupción y las sanciones occidentales– está paralizando a la comunidad cristiana en Siria.

Las familias cristianas están abandonando el país en masa debido a los crecientes problemas sociales, como la pobreza extrema y un sistema educativo en crisis, aseguró el arzobispo Jacques Mourad de Homs a la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).

El prelado explicó que los graves desafíos que enfrenta el país “son el resultado de las sanciones opresivas contra Siria, que afectan directamente al pueblo, y a la corrupción”. Y añadió: “Vemos familias que abandonan Siria porque quieren garantizar una vida mejor para sus hijos. Han perdido la esperanza y la confianza en este país y no quieren que sus hijos vivan en un país donde no están seguros. También hay muchos jóvenes que optan por emigrar, lo que también plantea problemas considerables".

La población cristiana de Siria disminuyó de aproximadamente 1,5 millones a entre 300.000 y 500.000 durante los 12 años posteriores al estallido de la guerra civil en 2011, según el Informe sobre la libertad religiosa en el mundo 2023 de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

El arzobispo Mourad dijo que, dado que los hombres jóvenes son los que tienen más probabilidades de irse, “las jóvenes cristianas terminan casándose con musulmanes y luego tienen que convertirse; esa es la ley”.

También destacó la amenaza que representa para la sociedad un sistema educativo en colapso: “Todos nuestros niños y jóvenes en las escuelas y universidades se ven afectados. La educación es el futuro de nuestro país, y los niños y los docentes tienen derecho a un buen ambiente de trabajo, pero los salarios de los docentes (sólo entre 18 y 20 euros (entre 15 y 17 libras esterlinas) al mes) están por debajo del nivel de la dignidad humana".

Y concluyó: "Es maravilloso tener la presencia concreta y encarnada de organizaciones como ACN aquí en Siria, que dan testimonio del amor verdadero y de la solidaridad".