Símbolo de vida y memoria, el edificio de AMIA cumple 16 años

Símbolo de vida y memoria, el edificio de AMIA cumple 16 años

 Un triunfo sobre la muerte, un símbolo de la fuerza de la vida y la memoria. El actual edificio de AMIA, inaugurado el 26 de mayo de 1999, cinco años después del atentado que lo dejó reducido a escombros y que tuvo el doloroso saldo de 85 víctimas fatales y 300 heridos, sigue siendo un emblema de permanencia a pesar del atroz intento de destrucción que sufrió.

A 16 años de su inauguración, el edificio renació de sus cenizas. Emplazado en el mismo lugar en que estalló la bomba aquel 18 de julio de 1994, la nueva casa de AMIA –todo un ícono del barrio de Once– fue levantada sobre el pozo y las ruinas de la vieja construcción, que databa de 1945.

El edificio comenzó a construirse en agosto de 1995 y casi cinco años después del atentado, abrió oficialmente sus puertas a las 9.53, a la misma hora en la que explotó la bomba en Pasteur 633. La reinauguración tuvo como lema “Por la justicia y por la vida”.

Los volantes que se distribuyeron en ese momento para convocar al acto de reinauguración se hicieron eco del contundente mensaje de sobrevivencia y permanencia que se quiso transmitir: “El 26 de mayo volvamos juntos a nuestra casa, Pasteur 633”.

La fachada de la entidad es una invitación a la memoria. Sobre las planchas negras que cuelgan del frente figuran cada uno de los nombres de las 85 personas que perdieron la vida en el atentado.

Al ingresar al edificio, el monumento a las Víctimas de la AMIA, obra del israelí Yaacov Agam, ubicado en la Plaza Seca, es otra fuerte evocación. La escultura abierta y multifacética, con 9 columnas aisladas sobre una base, ofrece una multiplicidad de imágenes que están en permanente cambio. Al caminar por ella, los colores y las formas se transforman en imágenes cambiantes que dan vida a la obra. Hay 7 posiciones diferentes desde las cuales puede apreciarse la escultura. Cada una de ellas tiene un concepto: Destrucción, Janukiá, Estrella de David, Arcoiris, Candelabro, Maguén David de Colores y el Símbolo de la AMIA.

Distribuido en 8 pisos y 2 subsuelos, el nuevo edificio alberga un auditorio con 237 butacas, un centro de documentación, un espacio de arte, un bar y las oficinas de las áreas y departamentos a través de los cuales AMIA desarrolla su labor social y comunitaria. El edificio es también sede de diversas instituciones judías.

A 16 años de la reinauguración de Pasteur 633, AMIA, una de las principales organizaciones sociales del país, renueva su compromiso con cada uno de los valores que guían su accionar: “Vida. Memoria. Justicia. Tradición. Continuidad. Igualdad. Respeto y Solidaridad.”

Comentá la nota