Silvio Báez, ante la persecución de la Iglesia en Nicaragua: "Ni en la oscuridad más densa, Dios está lejano"

Silvio Báez, ante la persecución de la Iglesia en Nicaragua:

El obispo auxiliar de Managua ha alzado la voz este domingo señalando los problemas que vive la Iglesia en el país, constantemente perseguida por la dictudura de Daniel Ortega

 

Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, ha alzado la voz este domingo señalando la persecución que vive la Iglesia Católica en Nicaragua, constantemente perseguida por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, así como la humillación de los sacerdotes llevados a los tribunales con juicios anómalos.

Durante la Santa Misa, el prelado llamó a los cristianos a convertir en oración las demandas sociales, acogiendo el sufrimiento de los pobres, los exiliados, los perseguidos y los secuestrados políticos, tomando en consideración las responsabilidades de cada quien en la sociedad.

 

“Al rezar se acoge en el corazón también el dolor social: el drama de los pobres, el sufrimiento de los presos políticos y de los exiliados, la zozobra de una Iglesia perseguida y la humillación de sacerdotes acusados con odio y en modo irregular”, dijo el obispo auxiliar. “La oración es siempre una caricia de Dios. Al orar, le pedimos a Dios lo que creemos necesitar, sabiendo que nos escucha siempre. Al orar, ponemos nuestra vida en sus manos para hacer su voluntad en todo”, afirmó Báez.

El obispo añadió que a Dios le gusta escuchar nuestras historias, que le hablemos de nuestras cosas, que nos quejemos e, incluso, que le hagamos preguntas, como los niños a sus papás. “Al Señor le encanta, por ejemplo, lo que yo llamo la oración del “hasta cuándo”, expresó.

Báez expresó que, a nivel social, la mayor contribución que los cristianos pueden ofrecer es la oración: “La historia no es solo un escenario en el que actúan las voluntades humanas, sino también el lugar adonde Dios hace llegar su reino de caridad, de paz y de justicia. Al orar hacemos posible que Dios misteriosamente fecunde la historia y transforme la sociedad con nuestra colaboración y a través de nuestras acciones”.

“De todos estos sufrimientos, no basta hablar, también hay que convertirlos en oración para hacerlos llegar hasta Dios, en forma de súplica humilde, de pregunta indignada o de lágrima silenciosa. Ciertamente que “no basta rezar”, pero para un cristiano es verdad también que “no basta hablar y actuar”, añadió.

 

 

El religioso expresó que la oración no es solo pedir, sino que también busca y llama: “Quien ora está dispuesto también a buscar lo que pide, a moverse, a dar pasos concretos para alcanzar lo que desea recibir de Dios. Cuando oramos buscando, no quedamos paralizados ni por la incertidumbre, ni por el fracaso, ni por el miedo”.

El obispo auxiliar aseguro que en los momentos de oscuridad y de sufrimiento, no hay que hundirse en la soledad: “Cuando Dios parece callar, en realidad nos está hablando de otra manera. Ni en la oscuridad más densa, Dios está lejano. Debemos aprender de Jesús a llamar a nuestro Padre Dios, gritando con confianza desde las contradicciones, los conflictos y los problemas de la vida”.

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