El Santo de la providencia recibió el fervor popular

El Santo de la providencia recibió el fervor popular

Cientos de fieles partieron ayer desde la rotonda de la Virgen de Itatí hacia el templo ubicado en Riachuelo. Se trata de un ritual que se repite cada año. El Arzobispo resaltó que "el hombre no está hecho para vivir ocioso y menos aún para vivir a costa de los demás o del Estado".

 

Se cumplieron 30 años de la Peregrinación de los trabajadores al santuario de San Cayetano. Este domingo 2, cientos de fieles recorrieron los poco más de 10 kilómetros que separan a la ciudad de Corrientes del templo ubicado en Riachuelo para pedir, entre otras cosas, por un trabajo digno y participar de la celebración de la eucaristía.

En la rotonda de la Virgen de Itatí, a las 7, se congregaron los peregrinos para recibir la bendición del arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, quien se sumó a la caminata que tuvo por lema "San Cayetano, a las familias, danos Pan de Vida".  

Varios centenares de trabajadores, representantes y afiliados de organizaciones gremiales, acompañados de sus familias, se trasladaron al santuario para elevar sus plegarías al Altísimo por el trabajo digno, la remuneración justa y por la apertura de nuevas fuentes de trabajo.

Para contextualizar su mensaje, el pastor contó anécdotas y explicó que "cuando decimos 'trabajo', ante todo queremos decir: llevar el pan a la casa".

Resaltó que "el hombre no está hecho para vivir ocioso y menos aún para vivir a costa de los demás o del Estado. En ese sentido, San Pablo advierte a la comunidad de Tesalónica con mucha claridad y dureza cuáles deberían ser las consecuencias para el que no trabaja: el que no quiera trabajar que tampoco coma. El trabajo hace al hombre más hombre. Sin embargo, muchos no lo piensan de esa manera".

En otro párrafo advirtió que "una mentalidad muy extendida, consiste en creer que lo mejor es hacer plata sin trabajar o trabajando lo menos posible. Esta manera de pensar hace al hombre menos hombre y daña gravemente su dignidad. Pensar así va en contra del proyecto de Dios y aleja a la persona para siempre de la felicidad y plenitud a la que está llamada".

A continuación, el prelado expuso que "en la encíclica sobre el cuidado de la creación, el Papa Francisco se expresa con mucha claridad y fuerza sobre el sistema económico globalizado e idolátrico que coloca al 'dios dinero' en el centro y descarta a todos los que no caben en ese nuevo templo como son los pobres, los ancianos, los niños, y todo aquel que resulte un estorbo para que pocos vivan en el derroche y en el placer sin límites. Y llama a una profunda reflexión y conversión...".

Añadió que "ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá. Es un drama para nosotros mismos, porque esto pone en crisis el sentido del propio paso por esta tierra (n. 160)".

Para finalizar, Stanovnik dijo a los fieles: "Está en nuestras manos la lucha por colocar en el centro de nuestra vida a la persona y a Dios, como nos enseña San Cayetano. Lo podemos hacer en nuestra familia, dándole el lugar preferencial a cada uno de los que la componen: no hay nada más importante que tu mujer y tus hijos, que tu esposo y tus abuelos: para ellos es el fruto del trabajo y el servicio que estás llamado a entregar".

SÚPLICA

 

Pidió a los devotos que al saludar "al Santo del Pan y del Trabajo, además de agradecer el trabajo que tenemos, acerquemos nuestra súplica también por los que no tienen trabajo, por los empresarios para que se arriesguen a garantizar la ocupación, por los que sufren el trabajo sin las condiciones mínimas de seguridad y de salud, para que recuperemos con entusiasmo la cultura del trabajo y pongamos en el centro de nuestra vida y de nuestro sistema económico el sagrado valor de la persona y el trabajo".

Manifestó también su solidaridad "especialmente por las situaciones de sufrimiento, de humillación y angustia que pasan muchos hermanos y hermanas nuestros cuando no son valorados por la dignidad que tienen como personas en su condición de trabajadores. Sientan la presencia y la protección de la familia santa de Nazaret. ¡Qué hermoso y reconfortante es ver a María, esposa fiel y madre tierna, en la cuidadosa tarea de educar a su hijo y ponerse al servicio de su prima Isabel, en medio de tantas dificultades por las que tuvo que atravesar! ¡Llena de gozo y esperanza ver a José, cuidando y defendiendo a María y a Jesús con su trabajo, hombre justo, fuerte y trabajador, al mismo tiempo de una gran ternura que le permite servir con humildad y generosidad!".

Rogó para que "esta peregrinación despierte en todos nosotros el hambre del Pan de la Palabra y de la Eucaristía, nos conduzca a un encuentro más profundo e íntimo con Jesús, y nos comprometa a cuidarnos más unos a otros y a ser más solidarios y fraternos con todos".

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