En una emotiva ceremonia, y con la presencia el obispo diocesano Gabriel Mestre,  este miércoles comenzaron a festejar “el año celebratorio de la capilla Santa Cecilia” por sus 150 años como “faro moral de Mar del Plata”.

En las escalinatas de la capilla, la primera que existió en la ciudad donada por su fundador Patricio Peralta Ramos en homenaje a su esposa fallecida, el obispo fue el encargado de inaugurar las celebraciones que culminarán el próximo 22 de noviembre. A lo largo de todo el año se realizarán distintas conmemoraciones y actividades.

Frente a la iglesia, sobre Córdoba, se instalaron los religiosos, las Hermanas del Huerto, autoridades, descendientes de Peralta Ramos, alumnos del 6°B y ex alumnas que escucharon el agradecimiento explícito de Mestre por estar presentes allí.

En la celebración religiosa, el obispo recordó la historia de la capilla y contó que incluso fue “previa a la ciudad, ya que funcionó como guía para muchos navegantes que desde el mar podrían divisar la llamada Punta Iglesia”.

Algunos de los presentes pudieron recorrer la capilla después de la apertura de su puerta por parte del obispo, quien añadió que “además sirvió como referencia a la cuadrícula inicial de la ciudad”. Asimismo, haciendo una analogía con la lectura del Evangelio, aseguró que es “muy lindo que podamos apropiarnos de la palabra del Padre cuando habla de la construcción de la casa sobre la roca, que es la fe, los valores, el perdón, el diálogo, el encuentro que tanta falta hace a la Patria”.

Por su parte, la madre superiora Adriana Roselló agradeció la presencia de “todos en el inicio de los festejos y a todos los que pasaron, con tantas historias y tantas vidas” y reveló que el lema elegido para el año jubilar -“faro moral de Mar del Plata”- está inspírado en la historia de los navegantes, que veían la “Punta Iglesia”.

Luego fue el turno de la música en vivo, a cargo de la Banda Militar del AADA 601, que ejecutaron el himno de Santa Cecilia, seguido por el Nacional y otras melodías del repertorio popular.

Los cimientos de la capilla son más antiguos que el origen de Mar del Plata, ya que Patricio Peralta Ramos construyó el monumento con el que quiso inmortalizar el espíritu de su esposa Cecilia Robles, fallecida durante el parto del decimosexto hijo que concibió.