Muchas veces cuando se tratan temas vinculados a la trata y tráfico de personas, violencia o esclavitud en sus variadas formas sentimos o pensamos que a nosotros y nuestro entorno familiar nada nos puede pasar. Que estamos exentos de caer en manos de redes de trata, de ser víctimas de violencia psicológica por parte de nuestra pareja y familiares o que nuestros jóvenes sean víctimas de la discriminación y el bullying.

El fenómeno de la violencia y la esclavitud a nivel global es verdaderamente preocupante y por eso el Vaticano ha tomado cartas en el asunto con Francisco a la cabeza como nunca antes había sucedido. Reconocido por su compromiso con las causas que luchan por recuperar la dignidad de las personas ("hay que ser como el chancho y el sándwich de jamón y queso, donde la vaca colabora pero es el chancho el que se compromete" suele arengar recordando al gran Luis Landriscina), el Papa le encomendó a la Pontificia Academia de Ciencias dirigida por monseñor Sanchez Sorondo y a la Red Mundial de Jóvenes contra la Violencia y la Esclavitud surgida del primer simposio llevado a cabo en noviembre el 15 y 16 de noviembre del año pasado, que fueran punta de lanza en Argentina.

Por eso junto a la Universidad de Villa María, la Acción Católica Argentina, Vínculos en Red, la Municipalidad de Villa María y el gobierno provincial se esta llevando a cabo este fin de semana el Encuentro Mundial de jóvenes contra la violencia y la esclavitud en esta ciudad cordobesa. Cientos de adolescentes, especialistas y docentes están reunidos participando de los debates y dispuestos a escuchar los testimonios de la realidad que cada día se vive en distintos rincones del planeta, contada por ex víctimas de las denigraciones más atroces que uno pudiera imaginar, hoy devenidas en sobrevivientes de sus propios infiernos.

Escuchar a la mexicana Rosi Orozco quien en 2009 se convirtió en diputada para presentar, motorizar y lograr una histórica ley general para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata de personas y para la protección y asistencia a loas víctimas de estos delitos y que Argentina tomó como ejemplo para la Ley contra la Trata; o el pedido desgarrador de Zunduri -esta semana fue noticia internacional al haberse escapado de una tintorería luego de dos años de esclavitud- ante los ojos llorosos de los adolescentes que no podían controlar la emoción: "siempre escuchen a sus padres.....siempre escuchen a sus padres" pidió casi implorando en el día de su cumpleaños número 23.

Muchos fueron hoy los testimonios de vulnerabilidad y estigmatización contados en primera persona. Mañana seguirán. Dos cosas quedaron indiscutiblemente claras: hay "tratantes" porque hay un "mercado" que demanda mujeres en situación de prostitución, mano esclava para talleres textiles y mendicidad forzada por citar solo algunos casos; y en segundo lugar, la ruptura de los vínculos familiares o relaciones tumultuosas tienen incidencia directa en la situación de vulnerabilidad de las víctimas.