Se realizó la tradicional Misa Crismal de Semana Santa

Se realizó la tradicional Misa Crismal de Semana Santa

ue en el Colegio del Salvador y presidida por el Obispo de Jujuy, acompañado por todos los sacerdotes de la diócesis de la provincia.

Participó el clero en su conjunto, autoridades nacionales, provinciales y municipales, delegados de todas las fuerzas de seguridad y distintos sectores de la sociedad.

En un polideportivo colmado de feligreses que se dieron cita a uno de los acontecimientos importantes que tiene la Semana Santa.

Monseñor Daniel Fernández en su homilía resaltó el verdadero significado de la bendición del santo crisma, la renovación de fe y compromiso sacerdotal de todo el clero presente.

La misión de cada párroco de guiar su iglesia, su gente, su catequesis, sus comuniones, sus bautismos, sus matrimonios, cada joven, cada niño.

La familia genera un rol fundamental en el mundo de hoy, por eso hay que estar preparados para guiarlos y ayudarlos, a fortalecer la esperanza, a reconquistar los valores, a profundizar la fe, a misionar por la paz.

El santo crisma, el aceite bendecido, la unción de los enfermos y la tranquilidad que te da el alma, estando cerca de Dios, porque la Misa Crismal tiene eso, fortificar a los que padecen enfermedades, a los que sufren, a los desolados.

Se resalta también la figura del Papa Francisco y su pedido de Semana Santa de movilizar al mundo en la búsqueda de la paz social, de pueblos pujantes, de países con menos pobres y menos necesidades. De un firme compromiso a ser solidario, ser tolerante, ser caritativo, ser humilde, buscar momentos de la vida para compartir lo mejor de uno con los demás.

Que esta Semana Santa sirva para reflexionar y comprometerse con un mundo más cristiano, más creyente, más humano, buscar sentirse bien en cuerpo y en alma.

Que luego de pasar todo lo que pasó Jesús por nosotros, sepamos seguir la huella que dejó su camino de ser mejores hermanos cada día.

Y que esta Pascua traiga la renovación y el renacer en todas las naciones del mundo, la fe y la esperanza para la reconversión de una vida plena, con sacrificios, que valga la pena ser vivida.

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