E

l arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires y primado de la Argentina señaló: “Quería decirles a todos los santiagueños que los tuvimos también en el corazón. Muchos vinieron a esta fiesta y estoy seguro de que se llevan el mensaje eucarístico que es contagiar la alegría de saber que el pan de vida está con nosotros”, expresó en diálogo exclusivo con Nuevo Diario.

El cardenal participó de las cuatro jornadas del XI Congreso Eucarístico en San Miguel de Tucumán y se mostró contento por los momentos de reflexión junto a obispos de todo el país.

“Acabamos de terminar una fiesta de la fe y de la esperanza en torno a la Eucaristía”, consideró y destacó las advocaciones de María. “Hemos tenido la alegría de la visita de muchas imágenes de la Virgen (Nuestra Señora de la Merced, de Tucumán; de la Concepción, de Jujuy; del Río Blanco y Paypaya, del Milagro, de Salta, y la Virgen del Valle, de Catamarca) que nos traen la presencia de la Madre. Hoy, la misma Eucaristía tuvo el sabor a Ella, que le prestó la carne y su sangre”.

Durante su alocución en la misa del sábado se refirió a la Virgen como “estrella de la evangelización”. “Nuestros ojos quieren espejarse en los de Nuestra Señora de la Merced, Madre de los hijos de esta tierra que vio nacer una Patria libre e independiente. No se cansa de enseñar la libertad del Evangelio, la que quiere para todos los bautizados, libres del pecado y de toda otra dominación”, sostuvo. A través de este medio, el arzobispo brindó sus saludos y la bendición a todo el pueblo de Santiago del Estero.