Precisiones sobre el secreto de confesión, ante una noticia impactante

Precisiones sobre el secreto de confesión, ante una noticia impactante

La noticia de que un supuesto “obispo” rompió el secreto de confesión para denunciar a un fiel que le había confesado un delito de abuso sexual a una menor de edad, tuvo un alto impacto en los medios, y también llevó a la confusión porque los titulares periodísticos no aclaraban que no se trataba de un obispo o sacerdote católico sino de un ministro de culto mormón. Ante esta situación, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, hizo las precisiones del caso y citó las enseñanzas de la Iglesia sobre este tema.

La noticia de que un supuesto “obispo” rompió el secreto de confesión para denunciar a un fiel que le había confesado un delito de abuso sexual a una menor de edad, tuvo un alto impacto en los medios, y también llevó a la confusión porque los titulares periodísticos no aclaraban que no se trataba de un obispo o sacerdote católico sino de un ministro de culto mormón. 

Ante esta situación de confusión, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, hizo las precisiones del caso y citó las enseñanzas de la Iglesia sobre este tema. 

La información difundida por los medios desconoce que la religión de los mormones no es un desprendimiento de la Iglesia católica ni de las otras iglesias cristianas, sino que es una religión distinta, que nació en los Estados Unidos en los tiempos modernos. No tiene obispos ni sacerdotes. Mal podría un supuesto obispo romper el secreto de la confesión ya que no tienen el sacramento de la Confesión o Reconciliación, ni ninguno de los otros sacramentos de la Iglesia católica. (NdeR) 

Monseñor Buenanueva señaló que muchos periodistas habían destacado que este ministro de culto mormón haya hecho “primar el derecho de la menor de edad sobre sus propias convicciones religiosas o una norma de su culto”. 

Tras preguntarse sobre este suceso, detalló puntos del Catecismo de la Iglesia Católica y del Código de Derecho Canónico que refieren al sacramento de la confesión y fundamentan por qué el sigilo sacramental es inviolable. 

“El sacerdote no puede revelar nada de lo que ha escuchado, puede y debe ayudar al penitente a arrepentirse sinceramente de sus pecados, a reparar el daño cometido, a tomar distancia y alejarse eficazmente de este tipo de comportamientos, y llegado el caso a asumir, con espíritu cristiano, las sanciones que la Justicia del Estado le impone si lo ha sido encontrado culpable de este tipo de delitos”, sintetizó. 

Del Catecismo de la Iglesia Católica 

1465 Cuando celebra el sacramento de la Penitencia, el sacerdote ejerce el ministerio del Buen Pastor que busca la oveja perdida, el del Buen Samaritano que cura las heridas, del Padre que espera al hijo pródigo y lo acoge a su vuelta, del justo Juez que no hace acepción de personas y cuyo juicio es a la vez justo y misericordioso. En una palabra, el sacerdote es el signo y el instrumento del amor misericordioso de Dios con el pecador. 

1466 El confesor no es dueño, sino el servidor del perdón de Dios. El ministro de este sacramento debe unirse a la intención y a la caridad de Cristo (cf PO 13). Debe tener un conocimiento probado del comportamiento cristiano, experiencia de las cosas humanas, respeto y delicadeza con el que ha caído; debe amar la verdad, ser fiel al magisterio de la Iglesia y conducir al penitente con paciencia hacia su curación y su plena madurez. Debe orar y hacer penitencia por él confiándolo a la misericordia del Señor. 

1467 Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio y el respeto debido a las personas, la Iglesia declara que todo sacerdote que oye confesiones está obligado a guardar un secreto absoluto sobre los pecados que sus penitentes le han confesado, bajo penas muy severas (CIC can. 983-984. 1388, §1; CCEO can 1456). Tampoco puede hacer uso de los conocimientos que la confesión le da sobre la vida de los penitentes. Este secreto, que no admite excepción, se llama “sigilo sacramental”, porque lo que el penitente ha manifestado al sacerdote queda “sellado” por el sacramento. 

Del Código de Derecho Canónico 

Canon 983 § 1. El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo. 

§ 2. También están obligados a guardar secreto el intérprete, si lo hay, y todos aquellos que, de cualquier manera, hubieran tenido conocimiento de los pecados por la confesión. 

La iglesia de los mormones 

La iglesia mormona, llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, fue fundada por Joseph Smith que nació en 1805, en el estado de Vermont (Estados Unidos), en el seno de una familia presbiteriana. Diversos autores señalan que Smith tenía una gran carga supersticiosa y veía lo sobrenatural hasta en las cosas más insignificantes. Criado en medio de esta exaltación religiosa y ante una serie de despertares religiosos de la época, comenzó a decir ser receptor de visiones. 

En 1823 se le habría aparecido el ángel Moroni, quien le revela la existencia de unas tablas escondidas y en las que estaría escrita la plenitud del Evangelio. En 1827 dice encontrar unas tablas de oro escritas en egipcio reformado, que traduce al inglés y publica en 1830, con el nombre de Libro Mormón. En abril de ese año, constituye la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. 

Desde el principio comienzan los problemas y, muchos de ellos, en derredor de la instauración de la poligamia. Se inicia un largo éxodo a través de los Estados Unidos. 

Tras ser absuelto de una acusación de homicidio en 1842, Smith fue encarcelado bajo los cargos de inmoralidad, falsificación, encubrimiento y otras acusaciones, y en una revuelta es asesinado en la cárcel de Cartago (Illinois). 

Con su muerte asume la presidencia Brigham Young, se produce la primera de una serie de escisiones del movimiento, y continúa con el éxodo hasta asentarse definitivamente en Utah, donde fundan Salt Lake City, que desde 1847, es el centro religioso de los mormones. 

Sus creencias se encuentran contenidas en el Libro Mormón, La Perla de Gran Precio y Doctrinas y Convenios. Sostienen que las tribus perdidas de Israel recalaron en América, convirtiéndose en las tribus Lamanita y Nefita, y uno de los últimos reyes nefitas, de nombre Mormón, habría dejado escritas las tablas que dieron origen al libro del mismo nombre. 

Algunas de sus creencias y prácticas se alejan abiertamente del cristianismo como lo son el bautismo de los muertos, el matrimonio celeste, el rechazo de la fe trinitaria, la revelación progresiva y la corporeidad de Dios Padre, entre otras. 

Se caracteriza por una fuerte hostilidad para con la Iglesia Católica, dificultando cualquier posibilidad de diálogo. 

La mayoría de los que llevan, a cabo el proselitismo, son jóvenes que luego de culminar sus estudios, donan dos años de su vida para desarrollar dichas tareas. Se los suele ver de a dos, correctamente vestidos con camisa blanca y corbata, visitando las casas o desplegando carteleras en las plazas, invitando a sus circunstanciales interlocutores “a conocer el otro Evangelio de Jesucristo”. 

También, en algunas ocasiones, se sirven del ofrecimiento de brindar clases de inglés en sus templos, como así también organizan encuentros de básquet, o invitan a los lugareños a formar parte de un coro, para luego paulatinamente, introducir a los participantes a las creencias mormonas. 

Las particulares creencias que sostienen los mormones, en especial su negación respecto a la fe trinitaria, es lo que genera que la mayoría de los investigadores los considere no como un movimiento cristiano, sino “paracristiano” y en consecuencia sus seudos sacramentos, incluyendo el bautismo, no son válidos para la Iglesia católica. (Boletín informativo AICA Nº 2059, del 5 de junio de 1996).+ 

Comentá la nota