ajo el lema “Con memoria agradecida, compartimos la alegría de evangelizar”, la comunidad eclesial celebra los 400 de la fundación de “Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa”, dando inicio de la actual capital de la provincia.

La celebración principal será el 19 de marzo, fecha en la que también se conmemora el día de San José, patrono de Posadas. 

Ese día, entre las actividades previstas, la comunidad se concentrará en la plaza 9 de Julio, a partir de las 18.30. A las 19, se iniciará la caminata hacia el anfiteatro “Manuel Antonio Ramírez”,  junto a la Imagen de San Roque González de Santa Cruz y sus reliquias, el patrono San José, acompañados de las comunidades parroquiales con las imágenes de sus santos patronos. 

A las 20, se celebrará la santa misa presidida por el obispo de la Diócesis de Posadas, y concelebrada por los sacerdotes de las zonas “Posadas Centro” y “Gran Posadas”. A las 21, se iniciará el festival de música cristiana, con la presentación del Padre César.

El sacerdote José Luis Fernández, párroco de la Catedral de Posadas explicó que este año es muy especial porque se han concentrado los festejos tanto del santo Patrono como de los 400 años de la ciudad capital. 

¿Quién fue?San José, además de Patrono de Posadas y de la catedral, es fundamentalmente el padre terrenal del Hijo de Dios. Con él se formó Jesús y creció en el seno de una familia ejemplar. También fue un carpintero del que se cuentan muchas historias, como que sus trabajos eran refinados, delicados y excelentes, tanto que la gente quería que él fabricara sus muebles.

Poco se sabe sobre la historia de San José más allá de lo que cuentan Mateo y Lucas en la Biblia, pero para la Iglesia es el mejor ejemplo de padre de familia, a quien todos los hombres deberían imitar, ya que es considerado un ser humano honesto, dedicado, respetuoso de su esposa y su hijo y un dedicado hombre de Dios.

Según la tradición, cuando tenía alrededor de treinta años fue convocado por los sacerdotes al templo, con otros solteros de la tribu de David, para tomar esposa. Los sacerdotes ofrecieron a cada uno de los pretendientes una rama y comunicaron que María de Nazaret habría de casarse con aquel cuya rama desarrollase un brote. Sólo la rama de José floreció y fue reconocido como novio de la Santa Virgen.