«Con Pironio abrazamos la Fe»

«Con Pironio abrazamos la Fe»

Se celebró hoy en la Iglesia Catedral la Santa Misa presidida por el Obispo Gabriel Mestre donde se dio gracias a Dios por el servicio pastoral en la Diócesis de Mar del Plata del Venerable Cardenal Eduardo Pironio a 50º años de su toma de posesión como segundo obispo de la diócesis. Se pidió especialmente por su pronta canonización.

En su homilía el padre obispo Gabriel dijo que “con Pironio abrazamos la fe”. La celebración fue acompañada por gran parte del clero, consagradas y fieles de toda la diócesis que participaron de esta ceremonia de Acción de Gracias.

Homilía textual

“Queridas hermanas y queridos hermanos: Estamos celebrando los 50 años de la toma de posesión como obispo diocesano del Venerable Eduardo Francisco Pironio. ¡Es un día de alegría y de fiesta! Agradezco al padre Sebastián y a la comisión que está animando en nuestra Diócesis el camino de mayor conocimiento sobre la vida y la obra de nuestro querido segundo obispo diocesano.

 A la luz de la Palabra de los textos bíblicos de este día comparto con ustedes tres breves puntitos sintetizados en tres términos: PALABRA, IGLESIA, ALEGRÍA. 1- Predicador de la PALABRA 2- Instrumento de la IGLESIA comunión 3- Un convencido de la ALEGRÍA cristiana

1 – Predicador de la PALABRA “Se dedicó por entero a la predicación de la PALABRA” (Hch 18,5) nos dice la primera lectura describiendo la obra misionera de San Pablo. Mons. Pironio queda profundamente vinculado al modelo del gran Apóstol porque él también fue un verdadero predicador de la PALABRA. Pablo y Pironio son predicadores auténticos porque han sido realmente hombres de Dios, hombres de la intimidad con el Señor. Hace unos días, un sabio sacerdote de nuestra diócesis me recordaba una frase del cardenal Mercier sobre el beato Columba Marmion: Marmion nos hace “tocar” a Dios. Nosotros podemos decirla de nuestro segundo obispo: Pironio nos hace “tocar” a Dios. Como predicador de la PALABRA no era en primer lugar su elocuencia o su simple, y a la vez profunda teología lo que nos hacía vibrar. Es su interioridad transformada por la PALABRA lo que nos hace experimentar que al estar con Pironio podíamos “tocar” a Dios. Esa es la experiencia que define a nuestro Venerable: un hombre de Dios que nos hace “tocar a Dios”. ¡Qué bello y cuánto nos compromete hoy a cada uno! Desde nuestra común vocación bautismal y en la vocación específica debemos tomar el ejemplo de Pironio y ser hombres y mujeres que ayudemos a nuestros hermanos a “tocar” a Dios. ¡Qué seamos predicadores creíbles de su PALABRA en nuestro tiempo!

2 – Instrumento de la IGLESIA comunión. Si miramos detenidamente los lugares, culturas y personas que aparecen en los pocos versículos de la primera lectura, descubriremos cómo San Pablo es u verdadero instrumento de la Iglesia comunión: “Atenas y Corinto… judíos y paganos… Áquila y Priscila, Silas y Timoteo, Ticio Justo y Prisco…” (Hch 18,1-2.5.7-8). La imagen de Iglesia comunión de Pablo y los Hechos de los Apóstoles ha sido fecundamente actualizada en el testimonio y la vida toda de Monseñor Eduardo Pironio. En nuestro segundo obispo la Iglesia familia, la centralidad de lo comunitario en el camino de la fe, una IGLESIA sinodal (diríamos hoy), se manifiesta con claridad. En todo su pastoreo queda patente: en nuestra Diócesis, en Argentina y Latinoamérica; en la Santa Sede y en su servicio a los consagrados, los laicos y particularmente los jóvenes en la IGLESIA. Como San Pablo, Pironio siempre fue instrumento de una IGLESIA comunión de vocaciones y carismas. Siempre integró y nunca opuso vocaciones y carismas al servicio del Pueblo. La categoría de IGLESIA comunión también nos desafía hoy en nuestro camino sinodal diocesano. Nos invita a encarnar y vivencia esta realidad en el proceso de maduración para renovar la evangelización y la catequesis en nuestra IGLESIA Particular de Mar del Plata.

3 – Un convencido de la ALEGRÍA cristiana. “Esa tristeza de convertirá en gozo” (Jn 16,20). Es la frase final del Evangelio del día. Nos recuerda que nuestra fe es siempre pascual como tantas veces ha predicado Pironio en esta Catedral. Siempre hay un viernes santo y un sábado de gloria. Por eso hay motivo para la esperanza y la ALEGRÍA. Este binomio de esperanza-ALEGRÍA fue otros de los tantos temas medulares de la vida y la prédica de nuestro segundo obispo. La ALEGRÍA que vivió y transmitió Pironio siempre tenía una base teologal, siempre estaba afincada en Dios y en esperanza nos hace mirar la Vida Eterna. En las puertas de la fiesta de la Ascensión el testimonio de Pironio nos invita a levantar la mirada y vivir la ALEGRÍA cristiana en clave de esperanza de Vida Eterna.

Termino con palabras del mismo Pironio el día de su toma de posesión hace 50 años en este mismo lugar: Mis primeras palabras –tomadas del apóstol S. Pablo a los Romanos– quiero que sean como la síntesis de mis augurios de hoy y de siempre: Que el Dios de la esperanza los llene de alegría y de paz en la fe, para que la esperanza sobreabunde en ustedes por obra del Espíritu Santo (Rm 15,13). Les deseo de corazón estas tres cosas: paz, alegría, esperanza. Se las deseo a todos ustedes que ya “son mí alegría y mi corona” (Flp 4,1) finaliza Mons. Gabriel Mestre, Obispo de Mar del Plata, Argentina.

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