Perón y los judíos: “Si este film sirve para reconocer al otro aunque no piense como uno, estoy hecho”

Perón y los judíos: “Si este film sirve para reconocer al otro aunque no piense como uno, estoy hecho”

 Sergio Slutzky hizo un documental -estreno jueves 24- que sobrevuela una de las tantas grietas argentinas sin caer en ella. Contrasta sensaciones y recuerdos con investigaciones y datos y deja al espectador la tarea de sacar conclusiones o formular nuevas preguntas

 

El disparador de “Perón y los judíos”, película documental, fue el deseo de Sergio Shlomo Slutzky de lavar la memoria de su padre de un mote endilgado cuando en años recientes recrudecía en la Argentina un antagonismo que ya creíamos superado.

“¡Gorila! Tu viejo era un gorila”, le espetó uno de los fanáticos que suelen alinearse a ambos lados de estas oposiciones -aparentemente irreductibles-, porque su padre, Moris Slutzky, fallecido en 1983, no adhirió al peronismo.

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“Me quisieron convencer de que, a pesar de que mi viejo estaba a favor de la justicia social, del voto de la mujer y los derechos de los trabajadores y que él mismo fue un laburante desde chico, como no quiso enrolarse en el Partido Peronista, esto significa que era un gorila”, explica Slutzky. Y como él, otros “tantos jóvenes judíos de los cuarenta y cincuenta” que también, decían, “eran gorilas”.

De aquella afrenta nació este documental, que combina la indagación personal con la investigación histórica. Una motivación muy loable, que se justifica en sí misma: “Honrarás a tu padre y a tu madre”, dice el mandato bíblico. Pero en este caso, el trabajo de Slutzky trasciende la historia familiar, o más bien, la contextualiza, reconstruye el marco histórico, y constituye un verdadero aporte a la construcción de una memoria menos dual, menos crispada, más matizada y coral.

TRAILER DEL DOCUMENTAL

PlayPerón y los judios

Slutzky explica que, en ese recorrido, llegó a amigos de juventud de su padre durante la presidencia de Perón, “a historiadores e investigadores y otros testigos en Argentina e Israel, en una búsqueda que es también personal pero que ilumina algo de la grieta que afecta a la sociedad argentina, hasta el día de hoy”.

Periodista y realizador argentino-israelí, Slutzky vive en Tel Aviv desde 1976, pero viaja con frecuencia a la Argentina, fue corresponsal en Israel de Página 12 y Clarín, y de medios de la colectividad judía como Nueva Sión; además, varios de sus documentales versan sobre temas vinculados a su país natal.

Protagonista de su propio film, Sergio Slutkzy recorre las calles de su ciudad natal charlando, indagando, entrevistando a amigos, a coetáneos de su padre, a referentes de la colectividad judía, a investigadores. Pero no toma partido, deja que sea el espectador el que saque sus propias conclusiones, o se formule nuevas preguntas.

El director Sergio Shlomo Slutzky con Abrasha Rotemberg

Sí saca una conclusión sobre su padre -que no adelantaremos aquí- acompañada de una frase muy habitual en Perón (“La única verdad es la realidad”), pero no hay un veredicto sobre la cuestión de fondo; sí mucha información. De hecho, fue una de las reacciones que recogió de quienes ya vieron el documental: no sólo les gustó, sino que aprendieron cosas.

Entre los entrevistados por Slutzky, está obviamente Raanan Rein, vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv y posiblemente el intelectual israelí que más sabe de peronismo; Abrasha Rotemberg, a sus 93 años el más veterano de todos los testigos, editor del mítico diario La Opinión; el activista por los derechos humanos Herman Schiller; Gerardo Mazur, encargado de Cultura en la Sociedad Hebraica argentina; el presidente de la DAIA, Julio Schlosser, etcétera.

Slutkzy también entrevista a los tres hijos del primer embajador de Perón en Israel, Pablo Manguel, Alberto, John y Mike. A la pregunta de cómo se explica que los dos menores sean “tan peronistas” y el mayor no, ellos afirman que el más famoso de los Manguel, el escritor y efímero director de la biblioteca Nacional, “no entiende de política” e incluso aseguran que es falso que haya sido perseguido en Argentina; “eso lo dice por márketing”.

“El 1° de agosto de 2014, organicé una charla de Raanan Rein sobre Perón y los judíos en el centro comunitario Tzavta -contó Slutzky a Infobae, en charla telefónica desde Tel Aviv- y un año después él publicó su libro Los muchachos peronistas judíos, y allí menciona aquella charla, de modo que se combinaron la realidad con la actividad académica”.

— ¿Qué explicación dar a un cierto desfasaje entre la realidad del vínculo del gobierno de Perón con Israel y con la colectividad judía y la imagen que ésta tiene de aquellos años?

— Es cierto que hubo una relación muy cercana de Perón, no sólo con la OIA (Organización Israelita Argentina), sino con la propia DAIA, pero el tema es que Perón aparece en el mismo momento en que se empiezan a escuchar los horrores de la guerra y los campos de exterminio, y él es visto como un militar más, que venía de estar en Italia, que tenía cierta simpatía hacia Mussolini; sumada a la neutralidad durante la guerra… Lo que hace Raanan Rein está bien. El demuestra que en la década peronista hubo menos atentados que en otras épocas. Pero si ya está la sensación de temor, un par de atentados alcanzan para confirmar una imagen negativa. No hubo sinagogas quemadas durante el gobierno peronista. Pero la quema de iglesias católicas igual asustó a los judíos.

El historiador israelí Raanan Rein, durante la charla organizada por Sergio Slutzky en un centro comunitario de la colectividad judía en Buenos Aires

— Viendo el documental, pareciera que por un lado está la imagen, más positiva, que tienen los funcionarios, los diplomáticos tanto argentinos como israelíes, los que representan el interés de Estado, y por otro la de la colectividad judía. A veces se confunde a las organizaciones de la comunidad judía en Argentina con el Estado de Israel.

— Es evidente que Israel toma decisiones en función de intereses de Estado sin considerar a la colectividad. Por ejemplo, el secuestro de Eichmann enojó a sectores ultranacionalistas, como Tacuara, y acarreó algunas represalias contra la colectividad judía argentina. Del otro lado, en mi opinión, las autoridades de la DAIA cometen a veces el error de hablar por el Estado de Israel, por ejemplo, cuando los interpelan por hechos de violencia en Gaza. En vez de responder que ellos representan a los judíos de Argentina y que no tienen por qué dar explicaciones por ello, replican que los palestinos usan escudos humanos… Ahora, a nivel Estado, Perón hizo un acuerdo comercial muy favorable a Israel que permitía que las compras se pudieran hacer con dinero argentino, por ejemplo, de donaciones de la colectividad. Y no en dólares. A la vez, como lo cuenta uno de los entrevistados, mientras ingresaban decenas de miles de italianos a la Argentina por año, sólo lo hacían 400 ó 500 judíos. Y algunos clandestinamente.

Frazadas de la Fundación Eva Perón embarcadas con destino a Israel: uno de los episodios recordados en el film

— ¿Por qué en conjunto parece haber quedado una imagen tan negativa, una sensación, como decís vos, superior a los datos?

— Tenemos en parte el recuerdo, o la imagen que dejó la Libertadora. Si Perón hubiera terminado su mandato, habría quedado una memoria más positiva o más light. Pero vemos que hubo un esfuerzo por borrar esa memoria. Al rabino Amran Blum [N. de la R: designado por Perón consejero en Asuntos Religiosos] no lo echó la Libertadora, lo expulsó la misma colectividad. En el documental, Corina Kestelbaum muestra cómo, en el diario comunitario de la fecha del golpe, que ese año coincidió con el Año Nuevo Judío, estaba en la tapa el saludo de Perón a la colectividad, y otras notas referidas a Perón. Pero enseguida todo eso desapareció.

— El diálogo entre Raanan Rein y Abrasha Rotemberg es un momento muy interesante del documental.

— A mí me interesan las sensaciones frente a los datos. Por eso poder sentar a Abrasha Rotemberg con Raanan Rein y que éste lo invite a Tel Aviv para que lo escuchen sus estudiantes que están haciendo el doctorado. Mi padre me hizo percibir sensaciones. Abrasha, que militaba con Héctor Timerman en una corriente de la juventud sionista, representa a mi viejo en la película. Eran de la misma generación. Otros que participaron en la película me decían que también sus padres eran progresistas, que no eran contrarios a los cambios sociales que introdujo Perón, pero que lo que les impidió sumarse fue el autoritarismo. Por ejemplo, Gerardo Mazur cuenta que a mi padre en un trabajo le pedían que se afiliara...

Gerardo Mazur, uno de los amigos del padre de Slutzky

— ¿Qué espera que genere este documental en los que lo vean?

— Lo más importante para mí es la búsqueda de diálogo, el reconocimiento al otro, y no esa actitud de que, si no piensa como yo, es un enemigo. Es más, creí que las cosas iban a cambiar en Argentina cuando vi que, al comienzo de la pandemia, los referentes de otros partidos le dijeron a Alberto Fernández: ‘En este tema, usted es el capitán’. Pero lamentablemente ya volvimos a la confrontación. Un amigo me había dicho en otra ocasión, para justificar este clima de división: ‘Estamos en una guerra y en una guerra no podemos abrir flancos’. Eso me pareció muy duro. Si la película ayuda a pensar de otro modo, a reconocer al otro aunque no piense como yo, estamos hechos...

Estreno: 24 de septiembre - EN CINE.AR TV Y CINE.AR

En Cine.ar TV - Jueves 24/9 y Sábado 26/9 a las 22hs

Canal 22.4 de TDA (Televisión Digital Abierta)

DirecTV - Canal 512

Cablevisión - Canal 60/300

Telecentro - Canal 400/1049

y diferentes cables de todo el país

En la plataforma Cine.ar Play

Desde el Viernes 25/9 al Jueves 1/10 en forma gratuita

A partir del 8/10 en alquiler

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