Pensar una educación superior evangélica: la UNEV

Pensar una educación superior evangélica: la UNEV

La Universidad Nacional Evangélica es uno de los grandes aportes protestantes al desarrollo económico, social, cultural y educativo de R. Dominicana en el s. XX.

Aporte protestante al desarrollo dominicano (2)

Continúo mi comentario del  artículo del doctor Jorge Adarberto Martínez titulado “Aportes principales del protestantismo al desarrollo dominicano durante el siglo XX”.

Como expuse en el artículo anterior a menudo se ha pasado por alto en nuestros textos históricos que el protestantismo ha estado íntimamente ligado al avance científico y al progreso, gracias a factores culturales, teológicos y sociales. Uno de estos es el énfasis ha sido la educación. La Reforma protestante, impulsada por Martín Lutero en el siglo XVI, promovió la lectura directa de la Biblia, lo que motivó la creación de escuelas, incluso en zonas rurales, y sentó las bases para el desarrollo científico posterior.

Como ya les relaté la pasada semana, el doctor Martinez entiende que la carrera de enfermería fue crucial para el desarrollo nacional, especialmente por los aportes del protestantismo en el siglo XX. Margaret Mears, enfermera escocesa, fue la primera profesional certificada y autorizada en el país. En 1909 fundó la Casa de la Maternidad en Puerto Plata, el primer hospital y escuela de enfermería del país.

El doctor Martínez incluye la construcción y puesta en operación de la Universidad Nacional Evangélica (UNEV) como uno de los aportes específicos del sector protestante al desarrollo económico, social, cultural y educativo del país durante el siglo XX.

Por ello, en esta segunda y última parte quiero centrarme en el aspecto educativo en República Dominicana centrándome en el papel actual de la UNEV.

Pensar la educación superior desde una perspectiva evangélica es formar profesionales con excelencia académica, carácter cristiano y vocación de servicio, comprometidos con los valores del Reino de Dios en todas las esferas del conocimiento y la vida.

Por eso he sostenido con insistencia que la teología que producimos en la actualidad desde la Universidad Nacional Evangélica, así como en otras instituciones afines, necesita una renovación profunda que la conecte con nuestra realidad, nuestra historia y nuestra identidad viva y dinámica.

Esto exige repensar la educación superior desde una visión evangélica que forme profesionales no solo en lo técnico e intelectual, sino también en lo espiritual e integral del ser humano, a la luz del evangelio de Jesucristo.

Por ello, propongo que la UNEV ponga a disposición de cada estudiante de enfermería un opúsculo introductorio basado en este valioso artículo del hermano Jorge Adalberto Martínez.

Además, sería oportuno solicitarle al autor que lo amplíe y lo convierta en un material pedagógico que pueda ser utilizado como parte de la formación académica en nuestras aulas.

Nuestra universidad, históricamente ha sido escasa en publicaciones académicas -especialmente aquellas que, como este artículo, podrían ser indexadas en revistas académicamente especializadas-.

Sin embargo, este trabajo y otros que el doctor Martínez publica habitualmente, constituyen una oportunidad invaluable para desde nuestros ámbitos comenzar a forjar una cultura docente de investigación y publicaciones que fomente y modele estas prácticas para profesores y estudiantes nuestros que posean vocación y talento para producir material de este tipo.

Con el liderazgo del rector, doctor Rafael Reyes Almonte, visualizo que podemos abrir una nueva etapa de producción literaria y científica que nos impulse como academia hacia una posición de prestigio entre las universidades mejor valoradas de la región.

Aquí les dejo la referencia bibliográfica de la Revista Polisemia en la que apareció el artículo del doctor Adarberto Martínez.

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