Durante los días de la festividad de Sucot leemos la Torá y hay una lectura especial correspondiente a cada día.

También en Shabat Jol Hamoed leemos una porción distinta.

En Simjat Torá se lee la última porción de la Torá, Parashat Vezot Habrajá, e inmediatamente comienza nuevamente su lectura con Parashat Bereshit.

En Vezot Habrajá,  Moshé bendice al pueblo.

Ya había llegado el momento en que Moshé debía morir, pero antes de hacerlo, elogió y bendijo a los Iehudim.

Bendijo a cada una de las tribus, confirmando las bendiciones que les dio Iaakov a sus hijos en Egipto.

Luego de bendecir al pueblo, Moshé sube al Har Nevó, mira otra vez la tierra de Israel y allí Hashem se lleva su neshamá, alma.

Nadie sabe donde está enterrado hasta el día de hoy.

El pueblo entero llora la pérdida de su amado maestro, el profeta y líder más grande que tuvo Israel, el único que habló con Hashem cara a cara.