Según una firma de 2011 en el libro de visitas de la AMIA, para el canciller Héctor Timerman, quien hoy renunció a ser socio de la entidad judía, visitar la institución permitía “sentir a la comunidad viva y aportando a una Argentina mejor”.

El mensaje fue dejado luego de su primera visita como ministro de Relaciones Exteriores y Culto, en la que se reunió con el entonces presidente de la AMIA, Guillermo Borger, para asegurarle que "hasta que no haya justicia (por el atentado de 1994) el Gobierno no va a abandonar la causa AMIA".

“Como siempre venir a la AMIA es sentir que nuestra comunidad está viva y aportando a una Argentina mejor y más justa como nos han enseñado nuestros maestros”, expresó Timerman en un libro que sobrevivió al atentado y que tiene firmas de hace cien años, por visitas ilustres.

En ese encuentro, Timerman también se refirió a la crisis en Medio Oriente y al reconocimiento argentino del Estado palestino. 

Sin embargo, la relación entre la AMIA y el canciller comenzó a deteriorarse desde la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán en 2013, debido a que el Gobierno lo consideraba fundamental para avanzar con las indagatorias a los acusados y las instituciones judías lo veían como un pacto con los culpables de las 85 muertes que dejó el ataque. 

Por ello, Timerman decidió hoy renunciar como socio a la AMIA por “boicotear toda posibilidad de iniciar el juicio comenzando con obstaculizar los instrumentos de cooperación judicial acordados con Irán”. 

En respuesta, el secretario general de la AMIA, Mario Sobol, confirmó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que tendría “el tratamiento normal para cualquier socio, en la próxima reunión de la Comisión Directiva”.