El Papa a los sacerdotes: «Ni homilías aburridas, ni celebraciones apuradas»

El Papa a los sacerdotes: «Ni homilías aburridas, ni celebraciones apuradas»

Francisco celebra la ordenación de 19 sacerdotes en la Basílica de San Pedro y clama porque jamás le sea negado el bautismo a ningún fiel que lo solicite

Ni homilías aburridas, ni celebraciones apuradas. Fue la recomendación principal del Papa Francisco a un grupo de sacerdotes a los cuales les confirió la ordenación sacerdotal, la mañana de este domingo en la Basílica de San Pedro. A ellos les advirtió: “Palabras sin ejemplo no llegan al corazón, pueden incluso hacer mal, mucho mal”.

Unos 19 seminaristas recibieron el orden sagrado de manos del pontífice. Serán sacerdotes de la diócesis de Roma. La mayoría de ellos, unos 13, provienen de los seminarios diocesanos: Nueve del Colegio “Redemptoris Mater”, tres del Seminario Mayor y uno de aquel de la Virgen del Divino Amor. El resto: Cuatro de la Congregación de la Familia de los Discípulos, uno al Orden Franciscano de los Frailes Menores Conventuales y uno del rito siro malabar, de la diócesis de Thamarassery (India).

De ellos, dos son peruanos: Adolfo Sergio Izaguirre Leocadio y Cristiano Crispin Montalvo Jiménez, de la Familia de los Discípulos. Ninguno de los nuevos sacerdotes supera los 40 años. 

“Vuestras homilías no sean aburridas, que lleguen al corazón de la gente porque salen de vuestro corazón, porque lo que ustedes les dicen a ellos es lo que ustedes tienen en vuestro corazón. Así sea la palabra de Dios y así vuestra doctrina será gozosa y sostén a los fieles de Cristo. El ejemplo edifica, las palabras sin ejemplo son palabras vacías sin ideas, no llegan jamás al corazón, es más pueden hacer mal, muy mal”, dijo el Papa durante su mensaje en la celebración.

No se trató de una verdadera homilía preparada. El pontífice prefirió tomar frases del ritual de la ordenación de sacerdotes en la edición italiana del Pontifical Romano y a partir de ellas realizó una reflexión.

“Cuando celebren la misa, reconozcan lo que están haciendo. ¡No lo hagan a las apuradas! Imiten lo que celebran – no es un rito artificial, un ritual artificioso- porque así, participando al misterio de la muerte y resurrección del señor, llevan la muerte de Cristo en vuestros miembros y caminan con él en la novedad de la vida”, señaló.

Aseguró que con el bautismo, los sacerdotes agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios y exclamó: “¡No se debe negar jamás el bautismo a quien lo pida!”. Sobre la confesión, les llamó a “jamás cansarse de ser misericordiosos”. Y apuntó: “En el confesionario ustedes están para perdonar, ¡no para condenar! Imiten al padre que jamás se cansa de perdonar”.

También les pidió ser conscientes de haber sido elegidos entre los hombres y constituidos en su favor para “atender las cosas de Dios”, e instó a ejercitar “con serenidad y la caridad sinceras” la obra sacerdotal de Cristo, preocupándose únicamente de Dios y no de si mismos. “¡Es feo un sacerdote que vive para el placer de si mismo, que se pavonea!”, apuntó.

Insistió que, participando a la misión de Cristo, jefe y pastor, en comunión con el propio obispo, los sacerdotes deben empeñarse en unir a los fieles en una única familia. “Tengan siempre ante los ojos el ejemplo del buen pastor, que no vino a ser servido sino a servir, no para quedarse en su comodidad sino para salir y buscar y salvar aquello que se había perdido”, estableció.

Comentá la nota