El Papa Francisco: No más mujeres ofendidas, golpeadas o violadas

El Papa Francisco: No más mujeres ofendidas, golpeadas o violadas

En la Jornada Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, el Papa recuerda que “toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios"

 

«A menudo las mujeres son ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse… Si queremos un mundo mejor, que sea casa de paz y no patio de guerra, debemos hacer todos mucho más por la dignidad de cada mujer«, se lee en la cuenta en Twitter del Papa Francisco este 25 de noviembre de 2020.

Precisamente, hoy se celebra la Jornada Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres. Y el Papa también nos recuerda que “cómo tratamos el cuerpo de la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad”.

Según las estadísticas mundiales, 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o ex pareja. Francisco en varias ocasiones ha denunciado que “toda violencia a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer”.

“Las mujeres son fuente de vida. Sin embargo, son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre” (Homilía 01.01.2020).

La dignidad de la mujer no sea profanada

Por ello, exige que la dignidad de cada mujer no sea profanada:

“Cuántas veces el cuerpo de la mujer se sacrifica en los altares profanos de la publicidad, del lucro, de la pornografía, explotado como un terreno para utilizar. Debe ser liberado del consumismo, debe ser respetado y honrado”.

 

“Es la carne más noble del mundo, pues concibió y dio a luz al Amor que nos ha salvado. Hoy, la maternidad también es humillada, porque el único crecimiento que interesa es el económico”.

La mujer sanará el mundo

El Papa rememora que la «voz femenina» es importante «para ayudar a sanar, en un mundo enfermo». Y espera que esta visión peculiar de las mujeres con su «contribución  a la paz» aporte más luces en el «tema de la confrontación social y cultural» actual. (08.10.2020).

En otro momento, el Papa invitó a mirar a la mujer que es la que “hace todo hermoso en el mundo”. Es sinónimo de paz, pues en ella – dijo-“nace y renace la ternura de las madres”, fue el “sueño” de Dios para Adán. Francisco exhortó a dar espacio a la mujer “si soñamos un futuro de paz”. (08.03.2019).

Violencia masculina

El Papa pide avanzar en mejorar y reconocer los derechos de la mujer. Así como en su participación en el espacio público en cada país y la dignidad de cada mujer.

«Destaco la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación».

«La violencia verbal, física y sexual que se ejerce contra las mujeres en algunos matrimonios contradice la naturaleza misma de la unión conyugal» (Amoris Laetitia, 54).

Desigualdad en los puestos de trabajo

Francisco ha denunciado desde la “grave mutilación genital de la mujer en algunas culturas”, hasta la «desigualdad del acceso a puestos de trabajo dignos y a los lugares donde se toman las decisiones”.

“La historia lleva las huellas de los excesos de las culturas patriarcales, donde la mujer era considerada de segunda clase, pero recordemos también el alquiler de vientres» o «la instrumentalización y mercantilización del cuerpo femenino en la actual cultura mediática».

Reciprocidad, cura a la violencia machista

El Papa rechaza el machismo porque “considera que la idéntica dignidad entre el varón y la mujer nos mueve a alegrarnos de que se superen viejas formas de discriminación, y de que en el seno de las familias se desarrolle un ejercicio de reciprocidad”.

“Si surgen formas de feminismo que no podamos considerar adecuadas, igualmente admiramos una obra del Espíritu en el reconocimiento más claro de la dignidad de la mujer y de sus derechos”.

Las hermanas sometidas a abortar

Los problemas globales requieren una acción global, no a la “cultura de los muros”. Y desde la perspectiva de la defensa de la mujer denuncia muchas violencias.

El desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata, las mujeres sometidas y luego obligadas a abortar, y el tráfico de órganos (10-24).

Además, hoy en día, afirma, hay un deterioro de la ética (29) a la que contribuyen, en cierto modo, los medios de comunicación de masas.

Hacen pedazos el respeto por el otro, en este caso de la mujer, y eliminan todo pudor, creando círculos virtuales aislados y autorreferenciales, en los que la libertad es una ilusión y el diálogo no es constructivo (42-50).

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