El cura dijo que “la peregrinación partió a las 3 de la madrugada desde la puerta de la Parroquia San Carlos, participaron alrededor de 140 personas caminando, un grupo de gauchos a caballo y más tarde fueron personas corriendo y en bicicleta, y otros en auto. El municipio nos acompañó con Guardia Urbana y desde Salud nos pusieron una ambulancia a disposición”.

El padre Mauricio resaltó la labor de la Guardia Urbana. “Fueron con dos autos y dos motos, y nos ayudaron mucho sobre todo en el tramo de 3 kilómetros que se deben hacer sobre la ruta 205, esa labor hizo que fuera todo mucho más seguro”. Y destacó que “el sector de Servicios del municipio cortó el pasto de la mano contraria para que no tuviéramos inconvenientes en llegar caminando”.

Como cada año, la localidad de Unzué se transforma en parada técnica para los peregrinos. Scoltore contó que “allí tuvimos el puesto de hidratación para los peregrinos y también pudimos usar los baños del club del pueblo, gracias al señor Yaquinta, y también los baños de la Escuela N° 17. El puesto de hidratación este año no pudo estar en manos de los Boy Scouts, así que quedó a cargo de una familia de la comunidad que se ofreció oportunamente y ellos abastecían de mate cocido con galletitas y agua”.

El padre le agradeció a Ramón López, El Coloso de Bolívar, “que es quien mantiene el lugar y lo tiene muy bien cuidado, con el pasto cortito, las flores, las plantas, todo pintado, es un sueño, un descanso al alma poder llegar a ese lugar que es visitado por muchos bolivarenses el 8 de diciembre; pero a lo largo del año por mucha gente que pasa por la ruta 205”.

El padre Mauricio no quiso olvidarse de agradecerle a Luis Michelli, que prestó la camioneta que llevaba a la Virgen ni de Ezequiel Salinas, que estuvo a cargo del sonido. “Tuvimos un recuerdo muy especial este año para la familia de Don Armando Castellani, que fueron los creadores del lugar. Este año falleció Nefer, su esposa, hace unos meses atrás, así que tuvimos una oración y un recuerdo especial por ella. El año pasado ella había estado compartiendo la misa, este año estuvieron sus hijos”.

El cura también le agradeció a Rubén Farías, que fue con su colectivo para traer de regreso a aquellos peregrinos que no tenían medio de transporte para regresar. En la organización y difusión ayudó Sandra Renna con Daniel Ledesma. “Teníamos dudas –siguió Scoltore- si la Municipalidad iba a habilitar o no la procesión por todos los protocolos de salud de este tiempo. Finalmente el municipio autorizó y acompañó de un modo comprometido también”.

 

Por Angel Pesce