A quienes son dirigentes y ocupan cargos en el Gobierno, el padre Alberto Barros pidió que "tengan la prudencia de expresar sus ideas sin agraviar, sin herir, sin generar animosidad, enfrentamientos, grietas o rupturas de las que ya desgraciadamente tenemos". 

Recordó el llamado que los obispos hicieron antes de los comicios al manifestar que las elecciones tienen que ser un gran acto de responsabilidad ciudadana y ser vividas en un clima de paz y fraternidad porque somos un solo pueblo. 

"Es absurdo un enfrentamiento o división entre hermanos a partir de lo político. Desgraciadamente es una herencia negativa que dejaron los últimos años de gobierno, cuando tenemos que trabajar juntos por un país mejor, cada uno desde una mirada distinta pero siempre en un clima de diálogo, comprensión, fraternidad", agregó. 

Cuando el mundo de la política se transforma en un ámbito de agresividad "son locuras que hablan muy mal de nuestra conciencia cívica. Una elección tiene que ser un momento de gozo. Debe ser un momento absolutamente transparente, sin ningún tipo de clientelismo ni asomo de fraude, sino una jornada absolutamente limpia en todo sentido para que cada persona, libremente, con plena conciencia, pueda elegir a las personas que les parece mas adecuadas para regir los destinos de un municipio, provincia o país, como lo hicimos recientemente".

"Las agresividades, las descalificaciones, son antidemocráticas. Cuando un funcionario se maneja con discursos agresivos, descalificadores, violentos, no solo da un pésimo ejemplo a la ciudadanía, sino que está generando violencia", aseguró.