Ocho lecciones en el libro de Jonás

Ocho lecciones en el libro de Jonás

Una historia, la de Jonás, que el propio Jesús confirmó como cierta.

El relato sobre el profeta Jonás es un pequeño libro de la Biblia de apenas 48 versículos y que toma unos 12 minutos en leerse tranquilamente. Sin embargo, contiene regalos para nosotros.

La historia de Jonás es cierta, porque Jesús dijo que lo era. En Mateo 12:40 leemos que Jesús dijo que Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches.

Antes de entrar a ocho lecciones importantes del libro de Jonás, permíteme compartirte unas pocas curiosidades, porque “el saber no ocupa lugar”, reza el refrán.

 

Algunas curiosidades

·       1. JONÁS, UN TIPO DE CRISTO

Jonás, resucitado al salir del pez vivo, es un tipo de Cristo. Mateo 12: 40. Además, Jonás era de Galilea, Gat-hefer, donde el Señor Jesucristo llevó a cabo la mayor parte de su ministerio.

·       2. YONÁ, EN HEBREO, SIGNIFICA PALOMA

El Midrash (las reflexiones bíblicas de sabios judíos para interpretar la Biblia hebrea o Tanaj) lo compara con la paloma mensajera de Noé. Como la paloma regresó al arca, Jonás también acaba volviendo a Dios para cumplir su misión.

·       3. EL PROFETA DEL DESCENSO

El verbo yarad, descender, se repite varias veces. Bajó a Jope, bajó al barco, bajó al interior del barco, bajó al mar, bajó al pez. Era un descenso espiritual y cuando no pudo bajar más, de allí lo rescató el Señor.

·       4. JONÁS SE LEE EN YOM KIPUR

Yom Kipur es el Día del Perdón, en la liturgia judía. ¿Por qué leen al profeta Jonás? Si hasta los asirios, opresores crueles, se arrepintieron y fueron perdonados, ¿cuánto más Israel? Es un libro de gracia, arrepentimiento y segundas oportunidades.

·       5. SEGÚN TALMUD Y MIDRASH JONÁS ESCRIBIÓ SU PROPIA HISTORIA CON GRAN HONESTIDAD

El libro termina con una pregunta de Dios sin respuesta en el texto sagrado, para que la contestemos todos nosotros. Jonás guarda silencio, demostrando su conversión final, como un discípulo que no replica más, porque ya ha entendido.

El Talmud es la colección de enseñanzas rabínicas sobre la ley oral judía (también llamada Halajá), su aplicación, comentarios, relatos, etcétera. Está compuesto por la Guemará y la Mishná.

·       6. NÍNIVE ERA LA CAPITAL DEL IMPERIO ASIRIO

Eran politeístas. Adoraban a Ishtar o Inanna, diosa del amor, la guerra y la fertilidad. A Shamash, dios del Sol y la Justicia. A Assur (Ashur), dios nacional que daba nombre a Asiria.

Creían en señales divinas, profecías y castigos sobrenaturales.

Los historiadores antiguos dicen que Nínive era la ciudad más grande del mundo en ese momento. Era la capital grande e importante de un imperio dominante, sin duda un lugar difícil para ir.

 

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Ahora sí, las ocho lecciones:1. EL PRECIO DE LAS HUIDAS

Cuando huyes del destino de Dios acarreas consecuencias graves para ti y para los que van contigo.

Jonás 1:8 Entonces le dijeron: Decláranos ahora por causa de quién nos ha venido esta calamidad. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?

Nínive estaba al este de Israel y Tarsis estaba más o menos al oeste, en la costa de lo que hoy es España, más allá del estrecho de Gibraltar. Al dirigirse a Tarsis, Jonás tenía la intención de alejarse lo más posible de Nínive y del llamado de Dios.

Jonás había profetizado en días de Jeroboam II, pero su mensaje fue de misericordia en medio de juicio. Jeroboam hizo lo malo, sin embargo, el Señor dio victorias a Israel y extendió sus límites. Jehová usó a Jonás para anunciar dicha expansión. 2 Reyes 14: 23 al 29.

Concluimos que la huida puede haber sido porque Jonás tenía un trabajo difícil de hacer. Nahum y Sofonías nos dan una buena idea de cuán malvados eran los habitantes de Nínive. Jonás tenía todas las razones para esperar que, en el mejor de los casos, se burlaran de él y lo trataran como un tonto. Podría ser atacado y asesinado si hacía lo que el Señor le dijo que hiciera.

También huyó porque Jonás no quería que los asirios de Nínive escaparan del juicio de Dios. Imagina a un hombre ucraniano en Nueva York durante en el presente escuchando a Dios decir: “Voy a traer un juicio terrible sobre Rusia. Quiero que vayas a Moscú y le digas a la Rusia de Putin que se arrepienta”. En lugar de hacerlo, el hombre se dirige a San Francisco y luego se sube a un barco a Hong Kong.

Hay un alto precio si huimos del Señor, nunca llegas a donde vas y siempre pagas tu propio pasaje. En cambio, cuando vas por el camino del Señor, no solo llegas a donde vas, sino que Él provee el pasaje.

“Pero el Señor hizo levantar un gran viento”: Fue el Señor quien levantó la tempestad. A menudo pensamos en Jesús calmando las aguas, y Él puede hacer eso. Pero Dios también puede despertar la tormenta. El barco y los marineros estaban en un lugar peligroso. Todo esto se debía a que Jonás se hallaba en el barco.

El libro de Jonás nos muestra principios importantes sobre la soberanía de Dios. ¿Qué sucede cuando Dios quiere que una persona haga algo, pero la persona no quiere hacerlo? Jonás nos muestra que Dios tiene una manera de llevarnos al lugar donde queramos lo que Dios quiere: A veces Dios usa un pez salvavidas.

No es cosa difícil que Dios haya preparado un gran pez, aunque ese pez en particular fuera una creación especial para ese momento: fue un pez salvavidas.

2. NI POLIZONES NI -MUCHO MENOS- DORMILONES

En la Iglesia, el gran problema no son los polizones, son los dormilones. Somos salvos por gracia, pero útiles en Dios por iniciativa propia.

Jonás 1:6 Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.

El capitán sabía que su tripulación clamaba a sus dioses, pero no hacían nada en respuesta. Quizás el Dios de Jonás podría hacer algo en la crisis.

Ahora bien, Jonás ¡se había echado a dormir! Mientras rugía la tormenta, Jonás dormía. Tal vez porque la tormenta de afuera le parecía insignificante en comparación con la tormenta de adentro, la tormenta que venía de su resistencia contra Dios.

Jonás dormía en un lugar donde esperaba que nadie lo viera o lo molestara. A los “cristianos dormilones” les gusta “esconderse” entre la iglesia.Jonás dormía en un lugar donde no podía ayudar con el trabajo que había que hacer. Los “cristianos dormilones” se mantienen alejados de la obra del Señor.Jonás dormía mientras había una reunión de oración en la cubierta. ¡A los “cristianos dormilones” no les gustan las reuniones de oración!Jonás dormía y no tenía idea de los problemas que lo rodeaban. Los “cristianos dormilones” no saben lo que realmente está pasando.Jonás dormía cuando estaba en gran peligro. Los “cristianos dormilones” están en peligro, pero no lo saben.Jonás dormía mientras los paganos lo necesitaban. Los “cristianos dormilones” duermen mientras el mundo necesita su mensaje y testimonio.

¡Qué escena más curiosa y trágica! Todos los marineros eran hombres religiosos, devotos en sus oraciones a sus dioses. Sin embargo, sus dioses eran realmente nada y no podían hacer nada. Había un hombre a bordo que tenía una relación con el Dios verdadero, que conocía su Palabra y lo adoraba ¡pero estaba dormido!

3. NO HAY OBRA SIN OBREROS

A Dios no solo le importa que se culmine su obra, se preocupa también de sus obreros. El Dios que provee para su propósito, provee a la vez para sus profetas.

Ahora bien, el Señor Dios proveyó que una planta frondosa creciera allí y pronto extendió sus anchas hojas sobre la cabeza de Jonás y lo protegió del sol. Esto le trajo alivio y Jonás estuvo muy agradecido por la planta (Jonás 4:6-7)
¡Pero Dios también proveyó un gusano! Al amanecer del día siguiente, el gusano se comió el tallo de la planta, de modo que se marchitó (Jonás 4:8).
Así que cuando el sol se intensificó, Dios proveyó un viento abrasador del oriente para que soplara sobre Jonás. El sol pegó sobre su cabeza hasta que se sintió tan débil que deseaba morirse y exclamó: «¡Es mejor morir que vivir así!».

Dios mostró su misericordia a Jonás a través de mucha preparación.

 ·El Señor preparó un gran pez (Jonás 1:17).· El Señor preparó una planta (Jonás 4:6).· El Señor preparó un gusano (Jonás 4:7).· El Señor preparó un viento (Jonás 4:8).

Sin embargo, el verdadero trabajo de preparación sucedió en Jonás. Lo que Dios realmente preparó fue a una persona, un profeta.

4. SOMOS LA SEÑAL MÁS PODEROSA DE NUESTRA PROPIA HISTORIA (Isaías 8:18 y Zacarías 3:8)

Comúnmente se piensa que Jonás fue vomitado en las costas de Nínive, pero no se nos dice que este fuera el caso, especialmente porque Nínive está a unos 600 km del Mar Mediterráneo. La señal de Jonás fue su propia liberación sobrenatural. “La historia del hombre tragado por el gran pez llegó a los oídos de los asirios antes que su predicación”, según el Midrash. Y lo consideraron un mensajero de los dioses. Era como si Jonás dijera sin decirlo: “Dios me disciplinó así. ¿Qué hará con vosotros si no os arrepentís?”

Dios tarda más tiempo en construir al mensajero que en dar el mensaje. Lo que nos hace permanecer no es el carisma, sino que Dios moldeó nuestro carácter en lo secreto.

5. ¿TENDREMOS COMPASIÓN?

Somos responsables ante Dios de la tierra asignada y de nuestra generación.

El profeta estaba enojado, porque Dios concedió el arrepentimiento a los ninivitas, pues los asirios eran enemigos de Judá e Israel. Jonás quería que Dios trajera juicio sobre estas personas que él odiaba. Parece esperar ver la ciudad destruida, después de todo. Sale de la ciudad para protegerse y exclama “Mucho me enojo, hasta la muerte”: Estas son las últimas palabras de Jonás registradas en el libro, pero afortunadamente no son las últimas palabras del libro. La misericordia y la compasión de Dios todavía trabajaron con Jonás, enseñándole y guiándole al corazón de Dios.

Jonás 4:4 Y Dios le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? 
Jonás 4:9 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera?Jonás 4:10 Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. 11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?

Dios sí juzgó a Nínive (como está registrado en el libro de Nahúm). Sin embargo, a la luz de su arrepentimiento, retrasó el juicio prometido otros 150 años.

6. EL FINAL LO ESCRIBES TÚ

Jonás es una historia con final abierto, porque debemos concluirla cada uno de nosotros. Tenemos la necesidad de enfrentar las preguntas de Dios. “¿Haces tú bien en enojarte tanto?” 

A Dios le gusta hacernos preguntas, porque revelan nuestro corazón. Esto también nos pone en terreno apropiado ante Dios, porque Él tiene todo el derecho a cuestionarnos y le debemos respuestas.

7. JESÚS, EL JONÁS QUE NO PECÓ

Jesús, en Mateo 12:41, dice que los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar. 

Jesús continuó la historia de Jonás: así como el profeta estuvo dispuesto a sacrificar su vida para salvar a todos los demás en el barco (tomadme y echadme al mar). En esto, Jonás es una imagen maravillosa del Mesías que vendría después de él, Jesucristo. Jesús se lanzó a la furia de la tormenta de Dios para rescatar a los que estaban lejos de la salvación.

También hay muchas diferencias entre Jonás y Jesús, y una de las más grandes es que Jonás fue desobediente y culpable, y Jesús fue completamente obediente e inocente.

La liberación de Jonás se produjo después de que habían pasado tres días y tres noches, proporcionando un presagio de la resurrección de Jesús. Por eso el Maestro dijo: Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches (Mateo 12:40).

8.- SOMOS PALOMAS MENSAJERAS

Jonás significa “paloma mensajera”. La Iglesia debe ser esa paloma enviada y enviadora (como un palomar en donde entran y salen mensajeros).

Tenemos un mensaje para las vidas y ciudades y para nuestra generación, debemos darlo. La pregunta es, ¿cómo lo haremos? ¿seremos como Jonás o seremos como Jesús?

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