El Papa Francisco ha pedido en febrero que se haga oración por los enfermos terminales y sus familias, y los obispos mexicanos atendieron su llamado con amor y entrega
En su intención de oración para el mes de febrero, el Papa Francisco ha pedido «que los enfermos terminales y sus familias reciban siempre los cuidados y el acompañamiento necesarios, tanto desde el punto de vista médico como humano».
Uniéndose a las intenciones del Santo Padre y tomando en cuenta que el 11 de febrero se celebró la Jornada Mundial del Enfermo, los obispos mexicanos se han unido a la petición del Papa visitando a los enfermos y a sus familias.
Arquidiócesis Primada de México
El cardenal Carlos Aguiar Retes y seis obispos de la Provincia Eclesiástica de México visitaron el hospital Magdalena de las Salinas, en el que recorrieron distintas áreas para ofrecer consuelo y esperanza a los enfermos y sus familias.
Entre otras actividades, Monseñor Adolfo Miguel Castaño Fonseca, obispo de Azcapotzalco, dirigió un momento de oración frente al Santísimo Sacramento. El Cardenal Aguiar bendijo el oratorio ubicado en el área de urgencias.
Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, obispo de la diócesis de Celaya, en el estado Guanajuato, visitó el Hospital General de Celaya acompañado de algunos sacerdotes que, previo a su llegada, confesaron y dieron la comunión a algunos pacientes. También estuvo el director de la clínica, el Dr. Silvestre Gutiérrez, agentes de la Pastoral de la Salud y personal del lugar, además de algunos estudiantes.
Monseñor Víctor pasó cama por cama a saludar a cada enfermo, escuchando porqué estaban internados, bromeando con ellos y sus cuidadores, y dejando su bendición.
Los enfermos son confortados con las palabas del Obispo.Mónica Muñoz/AleteiaTe puede interesar:Ángelus: el Papa pide cercanía física y concreta a los enfermosDía Internacional del cáncer infantil
La fecha de la visita episcopal coincidió con el Día Internacional del Cáncer Infantil, que se celebra el 15 de febrero. Por ello, también estuvo en el área de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, AMANC, que apoya a los niños y sus familias mientras reciben su tratamiento oncológico.
El obispo fue invitado a presenciar una bella ceremonia: tres jovencitas tocaron la campana que indica que vencieron la temible enfermedad.
Monseñor dijo «venimos a estar con ustedes para darles una palabra de aliento, de esperanza, de ánimo, en nombre de Dios, de Jesús» y felicitó a las niñas, a sus doctores, enfermeras y familias que estuvieron junto a ellas en su recuperación.
El obispo destacó que es básica la colaboración de la familia. «A quienes, ya tuvimos la oportunidad – y lo digo así – oportunidad en la vida de pasar por un nosocomio, quedamos muy agradecidos con los doctores, por su empeño y dedicación», reconociendo también la labor de las enfermeras y de las asociaciones que se sensibilizan ante estas realidades, y que se dedican a acompañar a los enfermos y sus familiares.
Finalizó recordando que estamos en Cuaresma, próximos a celebrar la Pascua, mencionando que el Papa Francisco dice que «Jesús está vivo y nos quiere a todos vivos».
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