Obispos jubilados

Obispos jubilados

 Inédito encuentro en Bogotá, Colombia. Para ofrecer los frutos de su larga experiencia al servicio de los hombres

Por Luis Badilla

El Departamento “Comunión eclesial y diálogo” del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha organizado, entre el 23 y el 27 de marzo en Santa Fe de Bogotá, capital de Colombia y sede del organismo de coordinación episcopal, un encuentro singular e inédito y de gran importancia. Durante cuatro días, decenas de obispos eméritos provenientes desde México hasta Chile, “jubilados” después de muchísimos años de servicio sacerdotal y de misión episcopal, se encontrarán por primera vez para dar vida a “un espacio de convivencia y diálogo fraterno” para profundizar experiencias y reflexiones sobre el magisterio episcopal, con especial atención a la formación del presbítero y a la pastoral.

El obispo emérito, aunque ya no es responsable de guiar una diócesis o arquidiócesis, siempre es, en virtud de su consagración episcopal y hasta su muerte, miembro del Colegio Episcopal, y por eso su deber de colaborar en comunión con el Papa con el gobierno de la Iglesia no termina con su retiro o “jubilación”. Los obispos eméritos –que sin duda no son “obsoletos”- constituyen un verdadero tesoro para la Iglesia, como lo son en cualquier otro ámbito de la sociedad los ancianos en general. La experiencia, los conocimientos y la preparación de los obispos eméritos en muchas circunstancias han demostrado ser de gran importancia en diversos países, en momentos difíciles para la vida de una comunidad eclesial que estaba sufriendo tensiones o divisiones.

Desde siempre, en América Latina el pueblo de Dios conserva buenos recuerdos así como sólidos lazos humanos y religiosos con sus obispos “jubilados”, y las iglesias locales no siempre han sabido aprovechar esta riqueza. Por eso a muchos observadores la iniciativa del CELAM les ha parecido inmediatamente una excelente idea, que sin duda dará no pocos frutos.

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