En un momento en que el país caribeño es escenario de manifestaciones que exigen la salida del jefe del gobierno, la conferencia episcopal exhorta a los haitianos a no ceder a la violencia, pero también pide a Ariel Henry que "se dé cuenta de la gravedad de la situación actual" y responda a las aspiraciones de la población.
"Nuestra Madre Patria está en peligro". Esta es la preocupación de los obispos de Haití expresada en una nota publicada el jueves 8 de febrero, mientras las manifestaciones sacuden el país desde hace varios días para exigir la salida del Primer Ministro Ariel Henry. Los obispos toman nota de la situación explosiva del país, asolado por la violencia de las bandas armadas, e imploran "con confianza y esperanza" al Dios de la Vida "en estas horas de miedo y angustia".
En su mensaje, la Conferencia Episcopal Haitiana pide a las autoridades "que pongan fin inmediatamente al sufrimiento del pueblo cuya voluntad se ha expresado en todo el país, en particular el 7 de febrero de 2024". La jornada fue especialmente violenta, con cinco empleados de una agencia de protección del medio ambiente muertos el miércoles en enfrentamientos con la policía no lejos de la capital, Puerto Príncipe.
"Ya se ha derramado suficiente sangre y lágrimas con asesinatos, secuestros y violaciones en los últimos tres años. Estamos hartos. Cerrad el grifo de la sangre y dejad de contar los muertos", advirtieron los obispos.
"Tomen una decisión sabia por el bien de toda la nación".
La nota de los obispos también hace un llamamiento directo al Primer Ministro Ariel Henry, en el poder desde 2021, "para que se dé cuenta de la gravedad de la situación actual y tome una sabia decisión por el bien de toda la nación, cuyos cimientos están seriamente amenazados".
Por último, en el actual clima de violencia, la Conferencia Episcopal Haitiana invita a la población a "no caer en la trampa de la violencia y de las luchas fratricidas que se burlan de nuestra dignidad, desfiguran nuestra humanidad y deshonran la imagen de nuestro país".
El 7 de febrero es una fecha especialmente simbólica en Haití, ya que marca el aniversario del fin de la dictadura de Duvalier en 1986. La vecina República Dominicana anunció el miércoles que se encontraba en "estado de alerta" y que había reforzado la seguridad en sus fronteras debido a las manifestaciones en curso en Haití.
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