“La droga es ‘un monstruo grande y pisa fuerte’, parafraseando a León Gieco. Es como la guerra, que todo lo destruye. Es sinónimo de muerte”, advirtió el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, al presidir la XIX Misa de la Esperanza en el predio donde se encuentra el monumento a los Caídos en las Islas Malvinas, en el Cruce Varela.
El prelado criticó a quienes afirman que las drogas son ¨inofensivas¨, se solidarizó con todas aquellas personas que de manera directa como indirectamente sufren a causa de la adicción a las drogas y el narcotráfico, y alentó a “no bajar los brazos” a quienes luchan contra este flagelo.
Unas 4.000 personas participaron de esta celebración eucarística en el centro geográfico de la diócesis, en donde confluyen los tres partidos que la componen: Berazategui, Florencio Varela y Quilmes.
La misa fue concelebrada el sábado último por monseñor Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno, y un centenar de sacerdotes.
Durante la Eucaristía, un grupo de jóvenes que se está recuperando de la adicción a las drogas brindó su testimonio sobre las adicciones en su vida. También acompañaron un grupo de veteranos de Malvinas y el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra.
El Obispo Tissera advirtió que “la realidad de las familias de los barrios y ciudades de nuestra diócesis, y del país, necesita medidas urgentes. Si las dirigencias políticas y sociales no toman medidas perentorias costará mucho tiempo y sangre erradicar estas mafias que han ganado espacios cada vez más vastos”.
“Entiendo que la agenda política debe responder a las necesidades de la gente. Defender a las familias del monstruo de la droga, es una necesidad de nuestra gente. Y con más razón una necesidad de los más pobres e indefensos, que jamás podrían comprar la droga que erróneamente algunos califican como ‘inofensiva’, y entonces, será el ‘paco’ el que seguirá quemando el cerebro de lo más tierno de nuestra sociedad. A veces la ambición del poder, en cualquiera de sus formas, hace olvidar la necesidad de los humildes”, sostuvo.
El prelado felicitó a la Pastoral de Adicciones de la diócesis de Quilmes, de la Vicaría de la Solidaridad, con su delegado el presbítero Diego Morinigo; a la Fundación "Fazenda de la Esperanza" y Comisión de apoyo; a los centros de rehabilitación de adictos de tantas instituciones confesionales o civiles, a los Centros Preventivos Locales de las Adicciones (CePLAs), a las Casas Educativas Terapéuticas (CETs) creadas y apoyadas por Sedronar, a los clubes barriales y diversas ONG que colaboran en la educación, prevención y asistencia a las víctimas. También “todo el trabajo pastoral de nuestras capillas y parroquias, que en relación con la Pastoral de Adicciones promueven la contención de las familias, el acompañamiento y la reinserción social de los adictos”.
Tras insistir en pedir que "la droga no nos robe la esperanza", animó a todos los que buscan una salida: “A los que han caído en el consumo, te decimos: ‘Podés levantarte; podés comenzar de nuevo; Jesús carga con vos tu cruz; pero dejate ayudar. Saldrás, pero nunca solo’”.
“Ayudémonos entre todos. Salgamos de nuestra privacidad cómoda, y estemos unidos junto a los más frágiles y débiles. Sigamos con los que reclaman un pedazo de tierra para vivir dignamente; sigamos acompañando el dolor de los que pierden a sus hijas por el negocio abominable de la trata de personas; sigamos apoyando las políticas de verdadera inclusión”, concluyó
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