El memorial en el distrito de Qingpu rinde homenaje a aquellos que huyeron de la Alemania nazi y encontraron seguridad en el Extremo Oriente. Una de las piedras es en honor al doctor Ho Feng-Shan, el cónsul general chino de Viena durante la guerra, que desafió las órdenes y emitió más de 3.000 visas a judíos austriacos.
A partir de 1938, ante la persecución judía por los nazis, unos 20.000 refugiados judíos huyeron a Shanghai, uno de los pocos refugios seguros en el mundo que no requerían visa.
El domingo, un parque memorial judío fue inaugurado en el cementerio de Fushouyuan en el distrito de Qingpu de esa ciudad en su honor.
El cónsul general de Israel, Arnón Perlman, durante la inauguración afirmó que es “muy importante para recordar la amistad entre China e Israel y entre Shanghai e Israel". En el centro del parque, una estrella de David hecha de piedra sirve como la base de una escultura de piedras entrelazadas con otra estrella de David y un menorah en su centro.
Una de las piedras rinde homenaje al doctor Ho Feng-Shan, el cónsul general chino de Viena durante la guerra, que desafió las órdenes y emitió más de 3.000 visas a judíos austriacos que les permitieron viajar a China (mientras que las visas no eran obligatorias para entrar en Shanghai, sí lo eran para abandonar Austria).
Los judíos, en su mayoría alemanes y austriacos, que llegaron a Shanghai en los años 30 y principios de los años 40 se unieron a otros varios miles de residentes judíos que habían hecho del país su hogar en los últimos 50 años, ya sea como comerciantes o para escapar de pogromos rusos.
La vida en Shanghai estuvo marcada por sus propias tensiones y dificultades políticas, pero los residentes chinos dieron la bienvenida a los refugiados judíos.
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