Monseñor Moon: "Jesús nos ofrece el pan caliente para consolarnos, para calmar el hambre y calentar nuestro corazón"

Monseñor Moon:

El obispo de Venado Tuerto se refirió al Evangelio del tercer domingo de Pascua e invitó a mirar esa presencia de Jesús en cada gesto de amor, de afecto y cariño.

En el tercer domingo del tiempo pascual, el obispo de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon, reflexionó sobre las enseñanzas que arroja una nueva aparición de Jesús resucitado a sus discípulos, en esta ocasión en la orilla del lago Tiberíades.

Cuando “el Evangelio nos dice que Jesús al amanecer estaba a la orilla del lago nos marca cómo la presencia es muy importante para los seres queridos. Presencia tanto en el dolor como en las alegrías, en las fiestas y acontecimientos importantes en nuestra vida”, expresó monseñor Moon, quien invitó a observar cómo “Jesús efectuaba con delicadeza un servicio para consolar, para calentar el ambiente, para llenar y calmar el hambre con el pan caliente y pescado a las brasas”.

En ese sentido, el obispo de Venado Tuerto dijo que “seguramente los discípulos después de haber trabajado toda la noche sin pescar nada tenían frío, hambre y frustración”, pero “Jesús les ofrece con un gesto un desayuno especial preparado por él. Es un gesto simple, cotidiano, pero lleno de amor”, señaló, destacando como “uno cuando va a una casa y se encuentra con las personas que nos reciben y con una mesa bien puesta uno nota el cariño con que lo están recibiendo. Uno no solo come el pan sino que también se alimenta con el cariño puesto en ese alimento y es importante comer un pan caliente con condimento de amor y afecto”.

Monseñor Moon se refirió también al perdón, como otro de los elementos presentes en el mensaje del Evangelio. Señaló que Jesús no retó a Simón Pedro que lo había negado tres veces, sino que “simplemente le preguntó si lo amaba y Pedro contestó que sí. Pero le preguntó tres veces y esas tres veces la confesión de amor era la reparación de tres negaciones de Pedro a su maestro”.

El prelado recordó que Jesús “nos pregunta a cada uno de nosotros “¿me amas?” y cada uno tendrá que contestar. Es bueno que podamos confesar nuestro amor a Jesús”.

 

En otro momento de su homilía el obispo venadense instó a prestar particular atención a otro gesto elocuente de Jesús inserto en la lectura del tercer domingo de Pascua, el hecho del pedido de Jesús a Pedro de “apacentar a las ovejas”. “Jesús le da la confianza total para que Pedro continúe la obra del Señor. Es como cuando llega el momento en que un padre le entrega al hijo toda la empresa que había armado y le dice que de ahora en más será el responsable de esta empresa. Ese gesto de entregar una tarea, una responsabilidad o misión es un gesto elocuente de amor”.

Recordó también cómo Jesús le dice a Pedro ‘sígueme’, pero “no seguir un tiempito, sino hasta la muerte, hasta dar la vida por el Maestro, por el Señor. Y el Señor a todos nos dice ‘sígueme’, de manera que en ese pan caliente que Jesús ofrecía a los discípulos está presente él mismo convertido en Eucaristía, en pan eucarístico. Él mismo nos dice ‘vengan a alimentarse de mí’ y en cada Eucaristía nos ofrece el pan caliente con todo lo que significa, para consolarnos, calmar el hambre y calentar nuestro corazón”.

Finalmente,monseñor Moon subrayó que “el Señor también nos pide una colaboración cada vez que venimos a la misa, sea preocupación, alegría, problemas, todo. El Señor a cada uno dirá lo que él quiere que pongamos en el altar. Él nos alimentará siempre pero también nos pide una colaboración para que la participación nuestra sea más activa”.+

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