Monseñor García Cuerva: "El Reino de Dios no se conquista con violencia, sino con la ofrenda de la propia vida"

Monseñor García Cuerva:

El Obispo de la Diócesis de Río Gallegos ofreció la homilía de cada domingo desde la Capilla del Obispado de la capital santacruceña que, como es habitual, fue transmitida por La Opinión Austral. Mirá la misa completa.

 

Como cada domingo desde la capilla del Obispado, monseñor Jorge García Cuerva celebró la misa.

Debido a la fase de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en la que se encuentra la capital provincial, la homilía se desarrolla sin la presencia de fieles y vía streaming.

Desde La Opinión Austral, como cada domingo se realizó la transmisión de la misa. A continuación, compartimos los apuntes del evangelio de este domingo.

"Domingos atrás hablamos de la importancia del “diálogo”. Los invito en este domingo a dialogar con Pedro, que le preguntemos, que nos responda, que nos demos tiempo para conversar con él", manifestó García Cuerva.

¿QUÉ TE PASÓ PEDRO? El Domingo pasado te veíamos confesando a Señor como Mesías y hoy te dice satanás, adversario.

- Pedro: Es que Jesús habló de sufrimiento y de los poderosos de Jerusalén. Ustedes, ¿no tienen miedo?

- Pedro: Es que estaba convencido que Jesús iba a ser un Mesías victorioso… y hoy “me bajó de un plumazo”. Ustedes, ¿no se creen dueños de la verdad?

- Pedro: Es que me quedé con la parte negativa de su anuncio, me quedé en el sufrimiento… no presté atención a la resurrección. ¿Y ustedes?

- Pedro: Es que ir a Jerusalén es enfrentar los conflictos. ¿Y ustedes?

- Pedro: Es que me salió el temperamento impulsivo, no pensé antes de hablar. ¿Y ustedes?

Muchas más podrían ser las preguntas y respuestas que iluminen este diálogo entre Pedro y nosotros hoy, ¿no?

- Pedro: Es que me puse delante de Jesús y tengo que ir detrás. Él es el Maestro, yo el discípulo. A ustedes, ¿no les pasa?

Y al final, ¿qué pasó Pedro?

- Pedro: Me dieron ganas de dejarlo… pero me volvió a invitar y me acordé cuando me llamó la primera vez a ser pescador de hombres… Él confió en mí a pesar de mis debilidades… “Sólo Él tiene palabras de vida eterna…” y lo volví a elegir.

- Pedro: Entendí que el Reino de Dios no se conquista con una buena guerra o con violencia, sino con la ofrenda de la propia vida y desde los pequeños signos, como nos enseñó en las parábolas.

Tu camino amigo Pedro, sigue siendo el nuestro.

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