El arzobispo de Santa Fe y titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, abogó ayer por un fin de año "no conflictivo".

"Todos somos responsables de mantener el equilibrio y la paz. Éste es el mensaje de la Navidad y esperemos que no tengamos que vivir un fin de año conflictivo", planteó Arancedo en declaraciones radiales.

"Si no se trabaja por la paz, no se comprende el mensaje navideño. Ojalá que 2015 sea un año de paz y de justicia", añadió enseguida.

Arancedo se sumó con sus buenos augurios a las voces del debate en torno al clima de fin de año, que suele reaparecer cada diciembre desde la crisis de 2001.

Sin aludir específicamente a este fin de año, el Papa aseguró que "la Argentina tiene que llegar al término del mandato en paz". Esto fue la semana pasada durante la entrevista que Francisco concedió en exclusiva a LA NACION.

A esas palabras se sumaron también dos funcionarios del gobierno nacional. El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, pronosticó un fin de año "con muchas familias argentinas pudiendo celebrar en tranquilidad y en paz, y preparándose para las vacaciones". Sin embargo, arremetió contra "algunos sectores" que, aseguró, "buscan agitar y generar miedo, zozobra y hechos de desestabilización social o económica". De todos modos, en declaraciones a radio América, aseguró que, de producirse algún incidente, "se va a controlar".

Además, trazó un panorama tranquilizador. "Por lo menos por la información que yo recibo de todas las organizaciones sociales con las cuales hablo, incluso algunas que no pertenecen a este espacio político, no hay ningún elemento que haga hoy que estén dadas las condiciones para algún conflicto social", concluyó,

El secretario de Seguridad, Sergio Berni, por su parte, confirmó que el Gobierno reforzó "diferentes objetivos" que fueron "vulnerados" en los saqueos de los últimos años, y aseguró: "Tenemos un sistema ágil en caso de que algunos locos que existen permanentemente intenten generar caos"