Mons. Torres: "Sólo Jesús es el Salvador, la respuesta a las preguntas más hondas del hombre"

Mons. Torres:

Durante la homilía de Nochebuena, el flamante obispo de Rafaela invitó a redescubrir el amor de Dios hecho hombre y a "tirar todos para el mismo lado" para recuperar la paz

En la primera misa de Nochebuena del flamante obispo de Rafaela, monseñor Pedro Javier Torres Aliaga, invitó a redescubrir el amor de Dios hecho hombre, la capacidad de asombro y el compromiso frente a los problemas de la vida.

La Eucaristía, concelebrada por el vicario parroquial, padre Ariel Botto, tuvo lugar en la Catedral San Rafael.

“Jesús nos revela el rostro misericordioso del Padre que lo envió para que nos llenáramos de su amor, vino a sanarnos porque somos una humanidad enferma por el pecado y por tonteras”, expresó el prelado en su homilía.

Monseñor Torres contó que “cuando me tocó iniciar el ministerio, yo bendije con la palabra como un signo”. En ese sentido, indicó que “hoy el Niño está depositado sobre la palabra en el pesebre” e invitó a “vivir el 2023 desde la Palabra”.

Tomando las palabras de la Madre Teresa de Calcuta, que estuvo en Rafaela en 1982, contó que cuando la religiosa iba a rezar lo primero que hacía era silencio, “porque estoy convencida de que lo que Dios tiene para decirme es más importante que lo que tengo que decir yo”.

“La Palabra que se hace carne -continuó- requiere asombro, hemos perdido la capacidad de asombro para la alegría del amor. La Navidad es una invitación a volver al primer amor, a comenzar de nuevo”.

También indicó que “el cansancio, la costumbre, la mediocridad, la superficialidad hacen perder esa fuerza del primer amor” y que “el tiempo de Navidad es un tiempo para encontrarnos con Jesús, que se hace pequeño para derretirnos con su ternura, enternecernos frente al amor de Dios”.

En otra parte de su homilía, el obispo de Rafaela señaló que “sólo Jesús es el Salvador, la respuesta a las preguntas más hondas del hombre, sólo Él nos trae la paz y la libertad; es el camino, la verdad, la vida y la luz”.

Monseñor Torres invitó a “recuperar el asombro frente a las cosas simples y la simplicidad de un pesebre”. “El amor de Dios por nosotros es inmenso, nos busca más de lo que lo buscamos a él, es un Dios cercano”.

“Navidad es un tiempo para encontrarnos con Jesús y descubrir dónde están las fuentes de mi alegría”, señaló, al tiempo que animó a preguntarse “qué lugar ocupa la bondad en nuestra vida y descubrir así que junto a la alegría aparece el compromiso”. “La llegada de Jesús como niño nos dice que hay que comprometerse, cambiar tu vida, tus opciones, tus preferencias”.

Al finalizar su homilía, el prelado expresó que “si nuestra vida no está centrada en Cristo andamos a los golpes, podemos estar técnicamente renovados con el mejor celular y auto, pero si nuestra vida no se ha centrado en Cristo, si nuestro compromiso no está ordenado en el amor, la vida anda a los golpes”.

“Navidad es un tiempo para fascinarnos con Jesús, desde el asombro y la alegría, comprometernos para ordenar nuestras opciones y tiempos”, resumió y añadió: “Hagamos tiempo para el amor de Dios. Los conflictos del mundo y de la vida se van a resolver si tengo paz y aprendo a amar”.

También aprovechó para hablar de lo temporal en nuestro país: “Seamos familia, testigos de este Jesús que la patria está necesitando; si uno lee los diarios de estos días parece que el Mundial hubiera pasado hace meses, ahí están peleando los políticos. Hace falta sensatez, recuperar la paz, tirar todos para el mismo lado del amor, la ternura y la sencillez. Para tener alegría en el corazón se necesita asombro, alegría, compromiso y silencio interior”.

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