Mons. García: “Dios es el defensor de los que no interesan a nadie”

Mons. García: “Dios es el defensor de los que no interesan a nadie”

El obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, destacó que “si los hombres buscan destruir la vida de mil maneras, Dios no se resigna ni se queda pasivo contemplando esta penosa realidad. Dios ha resucitado a Jesús porque sólo quiere la vida para sus hijos, quiere vernos llenos de vida. 

Podemos contar con el Padre por encima de todo” e indicó que Dios es “el defensor de los que no interesan a nadie” y “ningún grito deja de ser escuchado y se pierde en el vacío”. “Vivamos la alegría de un amor resucitador que nos regala la dicha de poder hacer nuestras todas las cosas”, subrayó. 

El prelado aseguró que “Dios nos ama de verdad”, “Dios ha resucitado a Jesús” y es “el defensor de los que no interesan a nadie”, por lo que “resucitará a los crucificados por la vida y por los hombres”. 

“Si Dios ha resucitado a Jesús es porque quiere introducir su justicia misericordiosa encima de tanto abuso y tanta crueldad como se comete cada día”, sostuvo. 

El obispo matancero puntualizó que “ningún grito deja de ser escuchado y se pierde en el vacío; los chicos de la calle tienen quien los acaricie en la oscuridad de sus noches. Las mujeres golpeadas y las madres del dolor tienen un último defensor. Los jóvenes que pierden su vida por el paco u otras yerbas siendo carne de cañón de inescrupulosos asesinos de guante blanco, acaban acompañados por Dios. Sí, porque Dios sólo quiere la Vida, la Vida buena y eterna para todos, Y eso lo garantiza la gloria del resucitado”. 

“Nos ama de verdad y está en las lágrimas y los dolores profundos como consuelo, está en las desilusiones más angustiosas como presencia cálida que acompaña, en las tristezas y soledad incomprendidas; también nuestro pecado más hondo como amor misericordioso que espera y soporta con infinita paciencia”, agregó. 

Monseñor García indicó que “Dios nos ama de verdad y está en nuestra muerte, tomándonos, cuando la vida nos descarta y todo parece terminar. Nos ama de verdad, por eso solo hay una manera de ser cristiano de la Pascua, poniendo vida donde otros ponen muerte, defendiendo a los pobres e indefensos, estando siempre junto a los que sufren. Nos ama de verdad y está en todos los esfuerzos y trabajos cotidianos por hacer del mundo casa de Dios”. 

“Vivamos la alegría de un amor resucitador que nos regala la dicha de poder hacer nuevas todas las cosas”, concluyó.

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