Mons. García Cuerva anima a 'abrirnos a la alegría y la esperanza' a ejemplo de Mama Antula

Mons. García Cuerva anima a 'abrirnos a la alegría y la esperanza' a ejemplo de Mama Antula

El arzobispo porteño presidió una misa en la Iglesia del Gesú, y lamentó que los argentinos "no sabemos dialogar ni escucharnos". Invitó a pedir la intercesión de la santa para crecer en fraternidad.

El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, presidió este viernes por la tarde una misa en la Iglesia del Gesú, la primera iglesia jesuita de Roma.

En su homilía, el prelado se dirigió a los argentinos que se encuentran en el Vaticano para la canonización de Mama Antula, e hizo un paralelismo entre el sordomudo del Evangelio y la situación actual de la sociedad argentina.

“Creo que uno de los grandes problemas que tenemos los argentinos –indicó- es el problema de la comunicación: no nos escuchamos y no sabemos dialogar. Como no nos escuchamos, nos creemos los dueños de la verdad e interpretamos lo que el otro dice antes de que hable. Y así nos va”.

En ese sentido, animó a pedirle a Mama Antula “que interceda por este pueblo que es un poco sordo porque no quiere escucharse, y es un poco mudo porque no sabe hablarse, tan solo gritar”.

El arzobispo porteño relata cómo Jesús, con mucha delicadeza, lleva aparte a esta persona sordomuda y le dice ‘ábrete’. “Que pueda Mama Antula interceder por nosotros, poder también escuchar la voz de Jesús y abrirnos”, implora, y detalla: “Volver a abrirnos a la posibilidad de ser hermanos, de encontrarnos con el otro. En definitiva, abrirnos a la fraternidad”.

 

 

“Pensaba también que podemos abrirnos a la alegría, a una alegría que también tuvo Mama Antula, porque como resaltaban quienes más saben de su vida, no le faltaron problemas. Pero eso no pudo apagar su entusiasmo”, reflexiona.

Al respecto, señala que “nosotros a veces, cerrados en los problemas, nos quedamos en las quejas, en la mala onda, en la crítica. Ábrenos Señor, por intercesión de Mama Antula, a la alegría y a la esperanza que tanto necesitamos”.

“Quisiera pedirle a Mama Antula que nos regale su compromiso, así como ella, devota de San Ignacio, se comprometió a vivir lo que el santo proponía, y a vivir los ejercicios espirituales”, añadió a continuación.

“Aquí estamos los argentinos, que queremos también abrirnos, como aquel enfermo. Abrirnos a la alegría, abrirnos también a la fraternidad, como Mama Antula”, concluyó.

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