En el marco del programa “Animados por el Espíritu” de Radio María Argentina, el presidente de la comisión episcopal de Educación Católica y arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, efectuó un análisis del año que está finalizando, marcado por la pandemia del Covid-19.

“En medio de la dificultad siempre hay que descubrir un bien escondido”, aseguró el prelado y agregó: “Entre lo altamente positivo de este 2020 rescato que muchas familias, sobre todo en la cuarentena más estricta, han encontrado espacios de diálogo y cercanía. La familia asumió su papel de ser la primera educadora de sus hijos. También es enorme la entrega de los docentes en estas circunstancias. Otro aspecto positivo es el muy buen uso de las nuevas tecnologías en el ámbito escolar”.

"En  nuestra pastoral  -señaló- velamos por la educación católica en la Argentina y la gran herramienta es Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) que representa a todo el país”. 

En lo que respecta al próximo año, el prelado indicó: “Sueño con que el 2021 sea un año sin paros docentes para que el servicio educativo tenga la mayor continuidad posible. No sabemos todavía cómo va a ser el año próximo, pero ese es mi anhelo más profundo, con maestros y profesores que sean reconocidos con salarios acordes a su entrega”.

El presbítero José Álvarez, presidente del Consudec, recordó que “el ciclo lectivo cada año lo iniciamos con el Curso de Rectores”, recordando la actividad que se vivió a principios de febrero en La Plata: “En ese momento no imaginábamos lo que vendría después. Debemos reconocer que la pandemia nos tomó por sorpresa. Y esto en educación es tener que improvisar, algo a lo que no estamos acostumbrados”, y expresó que en esta situación “los docentes han hecho y hacen una tarea heroica, con mucha dedicación”.

 

“Con respecto al 2021 tenemos mucha incertidumbre si se podrá volver a las clases presenciales, dependerá de tener una vacuna efectiva contra el coronavirus. Asimismo, observamos con atención lo que ocurre en Europa con un nuevo rebrote del virus”, continuó el presidente del Consudec. 

El sacerdote reclamó que se siga garantizando “el derecho de los padres y de las familias a dar a sus hijos una educación consecuente con sus valores y con su propia identidad, incluso religiosa”. También expresó su alarma por “signos de intolerancia, de persecución y de censura de tipo ideológico, que paradójicamente ocurren en nombre de una tolerancia que no es respetuosa de otras cosmovisiones y opciones religiosas legítimas”.

Finalmente, el presbítero Walter París, responsable de pastoral del Consudec, manifestó que desde su área de servicio “pensamos la escuela como un instrumento de evangelización para los niños, sus familias y también para los docentes”, y agregó que “en medio de la pandemia, la fe se ha transformado en un manantial en nuestras familias y también en los procesos educativos. Nos sorprende cómo la gente se conecta a rezar el rosario con su colegio católico o participa de una misa virtual”.

El padre París sostuvo que “el Evangelio no es una carga, sino que Jesús vino a simplificarnos la vida”. Además, indicó que “las familias no cerraron en medio de la pandemia, cuando todo cerró. Debemos reconocer que por eso gira el mundo, por las familias hacen de todo”.