Mons. Buenanueva: “Cristo te hace ver la realidad y te colma de felicidad”

Mons. Buenanueva: “Cristo te hace ver la realidad y te colma de felicidad”

“Cristo te hace ver la realidad de las cosas, te da libertad y te colma de felicidad”, les aseguró el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, a los jóvenes que participaron de la 27ª Peregrinación Juvenil al Santuario de la Virgencita, de la localidad cordobesa de Villa Concepción del Tío.

Acompañados por una imagen de la Virgen y la Cruz de San Damián, los jóvenes caminaron con el lema “María Madre de la Misericordia”, el domingo 4 de septiembre.

Con el lema “María Madre de la Misericordia”, se realizó el domingo 4 de septiembre, la 27ª Peregrinación Juvenil al Santuario de la Virgencita, de la localidad cordobesa de Villa Concepción del Tío, organizada por la Pastoral de Juventud de la diócesis de San Francisco.

Acompañados por una imagen de la Virgen y la Cruz de San Damián, los jóvenes caminaron junto con el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, quien celebró la misa al llegar al santuario de la “Virgencita”. 

En su homilía, el prelado invitó a reflexionar con el pasaje del Evangelio de ese domingo en el que Jesús asegura: “De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”. 

“Querido amigo –expresó monseñor Buenanueva- lo único que me sale decirte ahora es esto: Si no estás dispuesto a dejarlo todo, a renunciar a todo por Jesús, es que todavía no te has dado cuenta quién es realmente Él”. 

“Si mirando a Jesucristo con los ojos del corazón no sentís que, en comparación con Él, todo lo demás, incluso lo más bello y valioso (las personas que más querés, no las cosas), pierde sentido y valor, volviéndose insípido y poca cosa, es que no has sido verdaderamente alcanzado por Cristo”, aseguró. 

Aunque, si ocurriese lo contrario, es decir no poder “prescindir del rostro de Cristo, de su cruz, de su Palabra y de su Eucaristía”, o sorprenderse “haciendo cosas raras por Él”, el obispo manifestó: “Si cosas así te empiezan a pasar, aceptá mis condolencias. Te has contagiado del virus más mortal, de Jesús. No hay antivirus para eso”. 

“Porque este virus no mata, sino que potencia lo mejor que tenés. Te da vida y unas ganas y un gusto de vivir increíbles. Cuando Cristo comienza a volverse real en tu vida; cuando su belleza comienza a conquistarte el alma; cuando su verdad comienza a convencerte y a vencer todas tus resistencias; cuando Jesús crece en vos como amigo, Señor, hermano y Salvador, empezás a ver todo lo demás con ojos nuevos, más iluminados y agudos. Cristo te hace ver la realidad de las cosas, te da libertad y te colma de felicidad”, afirmó. 

Asimismo, explicó que Jesús “te hace amar a los que amás, y también a los que jamás hubieras soñado querer, con un amor fuerte como el suyo. Amás la vida como la ama Dios que creó todo de la nada y venció la muerte, resucitando a Jesús. Otros te pueden divertir. Solo Jesús te hace feliz, porque te contagia la felicidad de Dios que es su misericordia, su compasión y su amor”. 

“Y así lo vivió María. Hemos venido caminando invocándola como Madre de Misericordia. Ella lo dejó todo. Puso en riesgo su vida joven, junto con José, y se dejó conquistar por la misericordia y la ternura de Dios. Y eso la transfiguró completamente. María solo sabe de misericordia”, sostuvo. 

Además, el prelado explicó que así también lo vivió Santa Teresa de Calcuta, canonizada ese mismo domingo 4 de septiembre por el papa Francisco. También el beato José Gabriel Brochero, “derrochando compasión en Traslasierra, en Córdoba y más allá también”. 

“Ambos –Santa Teresa de Calcuta y el Cura Brochero- supieron muy pronto en sus vidas quién era y cuánto valía Jesús. Lo dejaron todo y lo siguieron. Les pedimos a ellos -a María, a Teresa y a José Gabriel- que nos ayuden a nosotros a descubrirlo en nuestras vidas”, concluyó.

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