Misioneros cristianos muestran el amor de Dios a 'intocables' en India

Misioneros cristianos muestran el amor de Dios a 'intocables' en India

En medio de un escenario de persecución religiosa y gran exclusión social, las misiones evangélicas continúan alcanzando a aquellos que la sociedad india ha marginado permanentemente a lo largo de la historia.

El sistema de castas, la estructura social que opera en la India, ha influido notablemente en cómo los individuos se perciben a sí mismos, cómo se relacionan con los demás y qué posibilidades materiales tienen.

Las castas tienen sus raíces en las tradiciones religiosas antiguas de la India y se fundamentan en la idea de que cada individuo nace en grupos sociales predefinidos, los cuales determinan su posición económica, la ocupación o profesión que puede desempeñar y sus interacciones con otros. Se trata de un sistema con estratificación que pone una amplia distancia entre un nivel y otro.

Históricamente, los miembros de la casta más baja de la sociedad india, los dalits, han enfrentado variadas formas de rechazo por parte de las castas “superiores”. Se han prohibido el contacto físico con ellos y el constituir relaciones de amistad o parentesco. Se les ha relegado a labores como limpiar desechos, eliminar cadáveres de animales y otras tareas degradantes. Suelen encontrarse en una situación económica precaria que no les permite superar las condiciones de opresión que han experimentado históricamente.

Contrario a la injusticia y exclusión promovidas por el sistema de castas, el cristianismo brinda un mensaje que rompe con las discriminaciones históricas y les da a las personas una nueva identidad a través del nuevo nacimiento. En un contexto en el que la mayoría de la población profesa el hinduismo, la fe cristiana se abre paso poco a poco para traer un rayo de esperanza a las personas más marginadas y a todos aquellos que desean corresponder al llamado que el Señor les hace.

En un reportaje para el medio de noticias evangélicas World, Bethel McGrew señala que varios niños de la casta dalit se reúnen en una pequeña iglesia de una aldea remota de la India para recibir el apoyo y la educación que no encuentran en las escuelas gubernamentales locales. McGrew informa que estos pequeños enfrentan grandes desafíos, pues históricamente se les ha negado el acceso a oportunidades educativas y se les ha excluido de múltiples esferas de la sociedad.

Ellos reciben el apoyo de Jehu, un joven indio y evangélico que, inspirado en el legado de su abuelo, se ha comprometido a hacer una diferencia real en sus vidas. Tras reconocer las múltiples carencias que enfrentan estos pequeños, Jehu creó la HopeGiving Foundation con el fin de brindar esperanza y empoderamiento a las generaciones más jóvenes y olvidadas en la región de Odisha.

Por medio de su programa educativo de alcance, Jehu y su equipo de maestros brindan dos horas diarias de tutoría y educación personalizada a los niños, lo cual les ayuda a disminuir la brecha educativa y a adquirir habilidades valiosas. El enfoque personalizado de esta misión evangélica es vital para superar las carencias de las escuelas públicas y permitir que los pequeños alcancen su máximo potencial.

En el programa, ellos reciben educación en diversas áreas, como matemáticas, inglés, formación cívica y su idioma regional, el oriya u odia. Además de las principales materias, Jehu y su equipo también comparten principios morales y valores cristianos con los niños. La educación que les brindan no solamente se centra en la adquisición de conocimiento, también en el desarrollo de habilidades que les permitan enfrentar un futuro más prometedor y desafiar las limitaciones impuestas por el sistema de castas.

Aun así, estos niños y sus familias enfrentan riesgos significativos como cristianos en una sociedad de mayoría hindú. La persecución y la discriminación contra los seguidores de Jesucristo en la India es una realidad constante. El rechazo por parte de las comunidades locales, la hostilidad de las autoridades gubernamentales y la presión de renunciar a su fe son desafíos bastante comunes que enfrentan todos los que se convierten al cristianismo. Esta realidad es mucho más preocupante y notoria para aquellos que pertenecen a las castas bajas.

El fundamentalismo hindú hace que la conversión al cristianismo sea percibida como una amenaza a la estructura social y a la identidad cultural de la India. En la mente de muchos ciudadanos aún persiste la idea de que ser indio es equivalente a ser hindú. Esto puede llevar a situaciones de acoso, aislamiento y violencia contra los cristianos por parte de la sociedad civil y de agentes gubernamentales.

Precisamente, con el fin de evitar represalias y ataques, muchos seguidores de Jesús clasificados como dalits prefieren practicar su fe de modo privado. En India, el número de los cristianos llega apenas al 2,3 % del total de la población y, aunque existen riesgos importantes para misiones como las de Jehu, ellos comparten el mensaje evangélico mientras continúan brindado educación y apoyo a los niños de esa casta.

El cristianismo se sigue abriendo paso para dar testimonio de Cristo y resaltar la dignidad de los seres humanos. Así mismo, a pesar de que el gobierno ha promulgado leyes que restringen la conversión de hindúes a esta fe, algunas personas se mantienen en ella y son reacias a renunciar a su nueva identidad, que no se determina por lo material o por sus acciones, sino por el amor que Dios ha tenido para con ellos.

Los grupos y organizaciones cristianas de ayuda también continúan acercándose a los no creyentes en las comunidades más necesitadas mediante el servicio social, proporcionando educación, atención médica, alivio de la pobreza, entre otros servicios. En muchos casos, no hay un enfoque directo en la conversión, sino únicamente en las personas y en sus necesidades inmediatas, construyendo primero relaciones de confianza en las que sea posible poner el testimonio evangélico en acción.

Lo anterior ha sido fundamental para lograr que las comunidades más vulnerables puedan reconocer a los cristianos como dignos de fiar y se abran espacios para la evangelización. A pesar de las tensiones interreligiosas y del fundamentalismo hindú, que goza del apoyo tácito del gobierno, el cristianismo busca señalar un camino distinto y esperanzador para la India. Los dalits pueden sentir cómo el amor de Cristo se manifiesta a través de los creyentes.

Esta realidad es una invitación para los cristianos de todo el mundo a continuar visibilizando la situación por la que atraviesan nuestros hermanos en la fe y las comunidades vulnerables a las que sirven y anuncian el evangelio. También es un llamado a seguir orando al Señor para que la Buena Noticia se extienda en un terreno difícil y para apoyar, en la medida de lo posible, las acciones de aquellos ministerios que dan a conocer el rostro misericordioso del Señor a quienes se les ha etiquetado como “los últimos de la sociedad”.

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