En pleno curso de la Asamblea Plenaria del episcopado mexicano, la decisión de la Corte Suprema de discutir la “supuesta inconstitucionalidad” de la exposición pública del Belén, alarma a los obispos que lo consideran una violación de los derechos humanos y un intento por privar al pueblo de sus expresiones religiosas más íntimas y sagradas.
“En este momento en el que nuestro país está sufriendo el flagelo de la inseguridad y la violencia desbordadas, el proyecto publicado por la Suprema Corte pretende limitar las expresiones y manifestaciones religiosas que son promotoras de la cultura de la paz y del amor entre los hombres”. Así lo expresa monseñor Ramòn Castro, Secretario general de la Conferencia del episcopado mexicano (CEM), ante el proyecto de resolución que será́ discutido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionado con tres juicios de amparo en los que se ha reclamado “la supuesta inconstitucionalidad de la colocación de representaciones del nacimiento de Jesucristo” en espacios públicos por parte de los Ayuntamientos de Mérida, Chocholá y Mocochá, en el Estado Yucatán, alegando que, con ello, se viola la libertad religiosa y los principios constitucionales del Estado laico, así́ como el principio de igualdad y no discriminación.
Los obispos mexicanos que se encuentran reunidos en su CXIII Asamblea Plenaria desde el pasado lunes, 7 de noviembre, han manifestado su “grave preocupación y rechazo” al proyecto de resolución puesto que “la prohibición de la representación del nacimiento de Jesús, la navidad, es un intento por privar al pueblo de sus expresiones religiosas más íntimas y sagradas”.
Violación de los derechos de los creyentes
Monseñor Castro enfatiza, en un video mensaje publicado en la redes sociales del episcopado, que de aprobarse dicha resolución, México estaría retrocediendo mucho en los derechos humanos. “Retroceso - afirma - que afectaría gravemente los derechos de todos los creyentes, cualquiera que sea su religión, al prohibir en espacios públicos cualquier símbolo de carácter religioso específico”.
“Bajo esta óptica - puso como ejemplo el prelado mexicano -“se llegaría al extremo de legitimar la prohibición de colocar o portar un crucifijo o la imagen de la Virgen de Guadalupe o cualquier otra expresión o imagen religiosa de las distintas creencias”
La plenaria recibe a lideres políticos
Los trabajos de la asamblea fueron inaugurados por monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y Presidente de la CEM, con la presencia del nuncio apostólico en México, el arzobispo Joseph Spiteri, en una celebración eucarística en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
La responsabilidad y el compromiso de un discernimiento que conduzca a la construcción de una Iglesia discípula y misionera a partir de las experiencias del proceso sinodal de México, el encuentro eclesial y del proyecto global de Pastoral 2031-203, centran la discusión de los obispos. Además, del análisis de la reconstrucción del tejido social y eclesial, la construcción de la paz, la promoción de la participación ciudadana, el ejercicio de la democracia y la vivencia de la libertad en todas sus acepciones, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia
Encrucijada política y social
En el segundo día de la CXIII Asamblea Plenaria, el episcopado pudo dialogar con actores políticos, empresarios y académicos, sobre la situación sociopolítica del país. Y al término de la jornada, separados en grupos por provincia, se trabajó en el marco de los Diálogos por la Paz; una actividad coordinada por moneñor Ramón Castro, la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores Mayores de religiosos de México (CIRM)
Sobre estas jornadas, el Secretario general del CEM compartió con Vatican News algunos aspectos importantes, como el de la realidad nacional.
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