El mensaje del Papa a los sacerdotes en la Misa Crismal: "No hay mayor salario que la amistad con Jesús"

El mensaje del Papa a los sacerdotes en la Misa Crismal:

El Santo Padre ha celebrado este Jueves Santo la Misa Crismal con la que se abre el Triduo Pascual y comienzan los ritos de la Semana Santa en el Vaticano.

El Papa Francisco celebró este Jueves Santo la Misa Crismal con la que se abre el Triduo Pascual y comienzan los ritos de la Semana Santa, que vuelve a la normalidad tras los dos años y en su homilía advirtió a los sacerdotes de los "ídolos escondidos" como la mundanidad, el funcionalismo o el caer en las estadísticas.

Francisco volvió a oficiar este acto ante miles de personas en la basílica de San Pedro, después de que en los dos últimos años fuese limitado el acceso a los fieles por la pandemia. Cerca de 1.800 sacerdotes, obispos y cardenales "pintaron" de blanco la Basílica de San Pedro. Esta tarde Francisco celebrará la misa de "Coena domini" del Jueves Santo y el lavado de los pies en una cárcel de Civitavecchia (a las afueras de Roma).

En la Santa Misa de este Jueves se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal por Jesucristo durante la Última Cena y está dedicada a la renovación por parte de los sacerdotes de los votos de pobreza, castidad y obediencia, por lo que a la ceremonia participaron sobre todo los curas de la diócesis de Roma.

Además durante la ceremonia también se bendicen los óleos de los catecúmenos, el de los enfermos y del crisma, que se utilizan durante el año para los bautismos, confirmaciones y unción de los enfermos y Francisco también bendijo las tres ánforas de plata con estos que serán utilizados en las celebraciones vaticanas.

En la homilía dedicada a la misión del sacerdote, Francisco los advirtió de las tentaciones de esos "ídolos escondidos" que dijo, hace "que se introduzca el maligno" y que "no sólo nos complazcamos” a nosotros mismos dando rienda suelta a una pasión o cultivando otra, sino que también nos lleva a reemplazar la presencia de las divinas personas, del Padre, del Hijo y del Espíritu, que moran en nuestro interior".

“Ser sacerdotes es, queridos hermanos, una gracia, una gracia muy grande que no es en primer lugar una gracia para nosotros, sino para la gente”, dijo el Santo Padre.

Advirtió a los sacerdotes de tres formas de "idolatría escondida" en las que pueden caer y habló en primer lugar de la "mundanidad espiritual que es una propuesta de vida, es una cultura, una cultura de lo efímero, una cultura de la apariencia, del maquillaje". "Un sacerdote mundano no es otra cosa que un pagano clericalizado", aseguró el Santo Padre.

Otro espacio de idolatría escondida, señaló, es "donde se da la primacía al pragmatismo de los números". "Los que tienen este ídolo escondido se reconocen por su amor a las estadísticas, esas que pueden borrar todo rasgo personal en la discusión (...) Las personas no se pueden numerar", aseveró.

Mientras que el tercer espacio de idolatría escondida dijo que es "el funcionalismo, un ámbito seductor en el que muchos, más que con la ruta se entusiasman con la hoja de ruta". "La mentalidad funcionalista no tolera el misterio, va a la eficacia. De a poco, este ídolo va sustituyendo en nosotros la presencia del Padre", lamentó.

Y explicó que "el sacerdote con mentalidad funcionalista tiene su propio alimento, que es su ego. En el funcionalismo, dejamos de lado la adoración al Padre en la pequeñas y grandes cosas de nuestra vida y nos complacemos en la eficacia de nuestros planes". “Queridos hermanos, Jesús es el único camino para no equivocarnos en saber que? sentimos, a que? nos conduce nuestro corazón. Él es el único camino para discernir bien", afirmó el Papa Francisco

El Papa se dirige finalmente a San José, pidiéndole la liberación “de todo afán de posesión, ya que este, el afán de posesión, es la tierra fecunda en la que crecen los ídolos. Y que nos dé también la gracia – concluye el Papa - de no claudicar en la ardua tarea de discernir estos ídolos que, con tanta frecuencia, escondemos o se esconden”.

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