Doce días después de que el Papa Francisco nombrara a Luis Argüello arzobispo de Valladolid, el también Secretario General de la Conferencia Episcopal Española ha recibido del Santo Padre el Palio Arzobispal, la insignia exclusiva que reciben los arzobispos residenciales o metropolitanos.

La entrega se ha producido en la mañana de este miércoles, 29 de junio, en la basílica de San Pedro, al finalizar la Misa Solemne de San Pedro y San Pablo, patrones principales de la ciudad de Roma. Junto a Luis Argüello, han recibido la insignia otros 31 arzobispos por parte del obispo de Roma.

Durante la entrega, se ha podido ver a un Luis Argüello sonriente y emocionado por el momento que estaba viviendo junto al Pontífice. Sensaciones que sin duda revivirá en su toma de posesión el próximo 30 de julio, cuando pasará a ser titular de la archidiócesis castellano-leonesa tras años como obispo auxiliar en la misma sede.

 El mensaje de Luis Argüello en ECCLESIA: "Ha sido un momento especialmente emocionante"

Ya desde el Colegio Español en Roma, Argüello ha enviado un mensaje a los usuarios de ECCLESIA, donde ha explicado que la entrega del Palio Arzobispal “expresa una singular comunión con el Sucesor de Pedro. Ha sido un momento especialmente emocionante y ungido, una experiencia del Espíritu Santo para así confirmarme en la fe y lanzarme a una Iglesia en comunión y en misión que quiera verdaderamente acoger a todos y anunciar la alegría del Evangelio. Un día de comunión católica y nuevamente espoleados y desafiados por las palabras y los gestos del Papa Francisco”.

El arzobispo electo de Valladolid no ha estado solo en esta entrega del Palio Arzobispal, ya que ha estado acompañado por el vicesecretario para Asuntos Económicos del episcopado, Fernando Giménez Barriocanal, el vicesecretario para Asuntos Generales, Carlos López, y el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, diócesis sufragánea de la archidiócesis de Valladolid.

El Palio Arzobispal consta de una banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. Es la insignia exclusiva de los arzobispos residenciales o metropolitanos. Es semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario.