POR MARIA CECILIA BORDON

En este tiempo en el que el tema de la mujer cobra gran relevancia, resulta imperante encontrar liderazgos femeninos que inspiren. Encontrar referentes que sirvan de modelos no es tarea sencilla. Sin embargo es posible hallar algunas figuras cuyas vidas hoy más que nunca dan esperanza.

He aquí un liderazgo femenino extraordinario. Liderazgo que logra cautivar corazones, ése que proviene de un alma libre de las ataduras de la vanagloria y que se entrega con humildad al servicio de la humanidad. Es que Hildegarda Burjan propone, casi sin quererlo, un estilo que radica en ver la realidad con el corazón y actuar con la razón, es el amor puesto en obras. A quien logra conocer este tipo de liderazgo sólo le queda un único camino: querer imitarlo.

Laica, política, filosofa, madre, esposa y con una gran vocación social. Es la primera parlamentaria que fue elevada a los altares. En 2012 fue beatificada por el Papa Benedicto XVI.

PIONERA

Hildegarda Freund nació en 1883 en Görlitz, Alemania, en el seno de una familia judía no practicante. Fue una de las primeras mujeres en estudiar filosofía en la universidad de Zürich. En 1907, mientras estudiaba, conoció Alexander Burjan con quien se casó. En 1909 se enfermó gravemente. Luego de superar ese estado crítico abrazó la fe católica.

La noticia de la llegada de un hijo se vio opacada ya que los médicos aconsejaron que abortara pues su vida corría peligro. Contra todo pronóstico, Hildegarda dijo sí a la vida y dio a luz a una saludable niña.

No necesitó de privilegios, ni de convencer con la palabra, sólo se dedicó a la acción.

Eran los años posteriores a la aparición de la encíclica Rerum Novarum de León XIII (1891). Su espíritu inquieto la llevó en 1912 a fundar la Asociación de Trabajadoras a Domicilio, agrupadas a modo de cooperativa. Estaba convencida de que esto comportaría mejores condiciones laborales para las mujeres y tenía la firme convicción de que al mismo tiempo esas mujeres crecerían en autoestima: "Con dinero o insignificancias no se ayuda a una persona, desde un principio hay que ponerla nuevamente de pie y también devolverle el convencimiento pleno: yo soy alguien y puedo hacer algo".

Había que superar el asistencialismo y dar paso a la autogestión que libera y promueve el verdadero desarrollo.

Práctica, perseverante y con una gran habilidad organizativa, puso en marcha Caritas Socialis, una organización femenina al servicio de los olvidados sociales que llevó adelante una agencia de empleo, hogares para madres solteras desamparadas, hospitales para enfermos terminales y distribución de comida para los pobres, entre otras actividades.

Como política se caracterizó por su destreza para lograr consensos aún con aquellos que pensaban muy diferente. Combinó la agudeza de la inteligencia con una mirada trascendental del mundo.

Fue conocida por su virtud heroica. En 1918 fue la primera mujer en formar parte del Consejo Municipal de Viena por el partido Social Cristiano. Al año siguiente se convertiría en la primera mujer diputada de ese mismo partido en la nueva Asamblea Nacional de Austria.

Desde su labor parlamentaria impulsó propuestas para la ampliación de la protección estatal para las madres y sus niños lactantes.

Es motivación para los que aún creen en la política como herramienta que mejora la vida de las personas, sobre todo de los más desfavorecidos. Esperanza para los que luchan contra el drama de la pobreza.

Fuente de inspiración para las mujeres que con ingenio logran armonizar la vida familiar, la maternidad y el trabajo. Mujeres que, con ternura y compasión, construyen el camino a la paz con sus acciones.

En un mundo en crisis donde se promueve una idea de mujer que la desdibuja de su esencia y confunde fortaleza con beligerancia, en donde pensar distinto a la perspectiva de género no está permitido, necesitamos de faros que iluminen.

Existen muchas Hildergardas que trabajan para la paz en nuestra querida Argentina: valientes, perseverantes, altruistas, silentes. Este es un homenaje a todas. Mujeres eternas, que con su sola existencia y un corazón magnánimo dan testimonio que trasciende los límites de su tiempo. Ellas hacen que nuestra Patria sea un mejor lugar para vivir.