“Invoquemos la gracia de Dios para vencer la indiferencia”, el Papa después del Ángelus

“Invoquemos la gracia de Dios para vencer la indiferencia”, el Papa después del Ángelus

Después de rezar la oración mariana, el Obispo de Roma dirigió su saludo a los numerosos fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.

El primer domingo del año, el Papa Francisco recordó el compromiso asumido en la Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz, que tiene por lema: “Vence la indiferencia y conquista la paz”; e invitó a todos invocar la gracia de Dios para hacer realidad esta tarea.

El Pontífice también renovó a todos su deseo “de paz y de bien en el Señor”, y a poner en sus manos todos los momentos de nuestra vida, los alegres y también los tristes, ya que Él es “nuestra misericordia y nuestra esperanza”, dijo el Papa.

“Y a todos –  concluyó diciendo el Santo Padre – les deseo un feliz domingo”. A la vez que pidió que no se olviden de rezar por y él, y se despidió, como es costumbre,  con la conocida frase de “buen almuerzo y hasta la vista”.

Texto completo de los saludos del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas,

Dirijo un cordial saludo a ustedes, fieles de Roma y peregrinos llegados de Italia y de otros países. Saludo a las familias, a las asociaciones, a los diferentes grupos parroquiales, en particular a aquel de Monzambano, los confirmandos de Bonate Sotto y los jóvenes de Maleo.

En este primer domingo del año renuevo a todos los deseos de paz y de bien en el Señor. ¡En los momentos alegres y en aquellos tristes, confiemos en Él, que es nuestra misericordia y nuestra esperanza! También recuerdo el compromiso que hemos asumido el primer día del año, Jornada de la Paz: “Vence la indiferencia y conquista la paz”; con la gracia de Dios, podremos ponerlo en práctica. Y recuerdo también ese consejo que muchas veces les he dado: todos los días leer un párrafo del Evangelio, un pasaje del Evangelio, para conocer mejor a Jesús, para abrir nuestro corazón a Jesús, y así podemos hacerlo conocer mejor a los demás. Llevar un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la cartera: nos hace bien. No se olviden: cada día leamos un pasaje del Evangelio.

Les deseo buen domingo y buen almuerzo. Y, por favor, por favor, no se olviden, de rezar por mí. Hasta la vista.

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