El mismo fue elaborado por profesionales de distintas disciplinas con el fin de utilizar esta herramienta como guía otorgando líneas de acción para el abordaje de este tipo de hechos, efectuar denuncias y contribuir a su erradicación de las comunidades en las que se puedan llegar a presentar.

 

Contribuyó al armado de este material un equipo interdisciplinario compuesto de hombres y mujeres especialistas en violencia familiar, preventores en abuso sexual infantil, especialistas en políticas públicas de niñez y familia, abogados, psicólogos, técnicos en seguridad e higiene, pastores, docentes especializados en personas en situación de discapacidad, estudiantes de la carrera de trabajo social, de coaching ontológico, y otros profesionales pertenecientes a la Fundación Crisálida de Argentina, la Fundación Buenas Nuevas, el Programa Juntas en el Camino, distintos Consejos Pastorales, la Coalición de Mujeres Argentinas, FECOPEBA, la Red de Profesionales de La Matanza, la Confederación Evangélica Bautista Argentina (CONFEBA) y muchas otras.

 

“Desde ACIERA, junto a organizaciones, consejos pastorales y profesionales de distintos puntos del país se logró unificar las distintas líneas de acción en un solo protocolo para el abordaje integral de esta problemática que tanto nos preocupa. El mismo se halla disponible desde ahora para las comunidades evangélicas”, señaló el pastor y abogado Christian Hooft, presidente de esta Alianza.

 

Además, aseguró que “este tema tiene que estar en el centro de la escena, porque para ACIERA es primordial, principalmente la protección de los niños, niñas, y adolescentes, de las mujeres y de toda persona que sufra algún tipo de abuso o violencia”.

 

A continuación, luego de una palabra de oración a cargo de la Dra. Silvia Arn de Mateo, la pastora Ligia Wurfel, directora de Cooperación y titular del Consejo Cristiano de la Mujer Nacional y Federal de ACIERA tuvo a su cargo la presentación oficial del documento.

 

En primer término, Wurfel señaló su agradecimiento a Dios por este tiempo donde se pueden tratar temas tan delicados y necesarios para lograr la erradicación de todo tipo de abusos y violencia en estas organizaciones. «Son temas difíciles de abordar, pero son temas que se deben enfrentar, confrontar y mostrar que no somos indiferentes a esta realidad tanto dentro como fuera del ámbito de nuestras comunidades de fe. Debemos ayudar a las víctimas, y en especial a aquellos que están en situación de vulnerabilidad. Este no es un tema superficial, sino todo lo contrario, es un tema muy complejo y profundo”, dijo la directora de Cooperación.

 

“Estamos seguros de que este Protocolo unificado será una herramienta muy importante para abordar estas situaciones y procurar con un trato transparente y respetuoso, la protección y el cuidado de las víctimas. Es imperioso evitar que los abusos y violencias puedan suceder, pero en el caso de que ocurran, utilizar todas las herramientas legales para abordarlos, denunciando y apartando a los agresores por un lado, y brindando un espacio de atención integral a quiénes sufren estos deleznables hechos por el otro”, afirmó el director ejecutivo de ACIERA, pastor Jorge Gómez.

 

En el cierre hubo espacio para preguntas y valiosos testimonios de quienes trabajaron en este documento. Entre ellos la Lic. Luciana Menossi, psicóloga, quien dijo que “es importante contribuir ayudando desde mi profesión a las comunidades de fe y poner al servicio los dones con el propósito de que Dios traiga sanidad”. Por su parte la Dra. Victoria Findanno, abogada, agregó que “es importante que esto se hable en nuestras iglesias, que sirva para acortar brechas. Que traiga luz. Es un gran desafío. Dios traiga luz a estos temas”. A su lado la Dra. Norma Caapobel sumó: “Celebro el tratamiento de esta problemática». Y cerrando la presentación, la pastora Graciela Giménez, presidenta de Mujeres por la Nación, sostuvo: “Esto para mí es oro en polvo. Trabajar estos temas en profundidad para que traigan sanidad es vital«.