Inesperado faltazo del Papa Francisco en una reunión con movimientos sociales organizado por Juan Grabois

Inesperado faltazo del Papa Francisco en una reunión con movimientos sociales organizado por Juan Grabois

Su ausencia se produjo justo cuando el referente social es cuestionado por avalar la toma del campo de la familia Etchevehere.

Por primera vez, el Papa Francisco no participó este fin de semana de un encuentro -el cuarto- de los movimientos sociales organizado en conjunto con El Vaticano, que por la pandemia debió realizarse vía Zoom. La ausencia llamó especialmente la atención porque la cita virtual fue abierta por Juan Grabois en su calidad de referente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular de la Argentina.

En rigor, lo más llamativo es que la ausencia se produjo en momentos en que Grabois está siendo muy cuestionado, sobre todo por avalar que miembros de su grupo participen de la ocupación de un campo de la familia Etchevehere en Entre Ríos, eje de una disputa familiar que se dirime en la justicia, lo que suscitó una ola de protestas de ruralistas y críticas de entidades que los agrupan.

En El Vaticano no se informó acerca del motivo del faltazo a una cita que el Papa le da especial importancia, pese a que, a diferencia de las otras convocatorias, no hacía falta la presencia del pontífice, sino que solo se requería su participación por teleconferencia con un mensaje que eventualmente podría haber grabado en un momento que lo permitiera su agenda.

Marcha del grupo Artigas en contra de la familia Etchevehere, este lunes en Entre Ríos. Foto Juan José García.

En las palabras de bienvenida el cardenal Michael Czerny, en nombre del ministerio para el Servicio del Desarrollo Integral del Vaticano invitó a los asistentes a formularse las cinco preguntas expresadas en ​la reciente encíclica social de Francisco Fratelli Tutti (Hermanos Todos) sobre la fraternidad humana y la amistad social, que parecieron venir muy a cuento.

“¿Cuánto amor puse en mi trabajo? ¿En qué hice avanzar al pueblo? ¿Qué marca dejé en la vida de la sociedad? ¿Qué lazos reales construí? ¿Cuánta paz social sembré? ¿Qué fuerzas positivas desaté? ¿Qué provoqué en el lugar que se encomendó?”, interrogó y señaló que el encuentro se enmarcaba en la “cultura del encuentro” que propicia Francisco.

Francisco –que habló en el primer encuentro de los movimientos sociales efectuado en 2014 en El Vaticano, en 2015 en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y en 2016 nuevamente en El Vaticano- considera que se trata de un sector que emergió de la exclusión social y que no solo reclama su inserción, sino que promueve alternativas laborales que la faciliten.

En la encíclica dice que con ellos “será posible un desarrollo humano integral, que implica superar esa idea de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres, pero nunca con los pobres” y señala que “lo verdaderamente popular -porque promueve el bien del pueblo- es asegurar a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas”.

Grabois trabó una fluida relación en Buenos Aires con el entonces cardenal Jorge Bergoglio, quien apreció su trabajo en el campo de la economía popular al punto que ya como Papa lo nombró consultor del ya desaparecido Consejo Justicia y Paz del Vaticano (fue reemplazado por el ministerio al Servicio del Desarrollo Humano Integral), pero su mandato caducó hace dos años, sin que le fuera renovado.

En los medios eclesiásticos se considera que con el paso de los años Grabois fue politizando su actuación y complicando al pontífice. De hecho, en enero de 2018, tras unas muy fuertes declaraciones suyas sobre el entonces presidente Mauricio Macri, la Conferencia Episcopal –que agrupa al centenar de obispos del país- aclaró “nadie ha hablado ni puede hablar en nombre del Papa”.

Cartel en Entre Ríos.

No son pocos los que en la Iglesia creen que el Episcopado debería reiterar ahora la aclaración ante la controvertida posición de Grabois sobre la toma de tierras y la participación de su movimiento en la ocupación del campo de Etchevehere, sabiendo que no es propio de un pontífice salir a hacer este tipo de clarificaciones, mucho menos con nombre y apellido.

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