Con su sede principal en Roma, ha sido renovado el Centro para la Protección de Menores y comienza su expansión a nivel internacional. Busca dar formación al clero y a los educadores en el marco de la comisión vaticana creada por Francisco.
El Centro para la Protección de los Menores (CCP) ha sido renovado y comienza su expansión a nivel internacional, inaugurando su sede principal en Roma, corazón pulsante de la Iglesia universal, con el apoyo del Papa Francisco.
El objetivo del centro, especializado en la formación del clero y los educadores, es prevenir los abusos sexuales contra menores y personas vulnerables.
“La prevención de los abusos sexuales [...] contra los menores es de máxima prioridad para la Iglesia universal. Estoy seguro y rezo por el CCP, para que contribuya especialmente a este compromiso a largo plazo”, dijo el cardenal Sean O’Malley, OFM, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores (PCPM) este lunes durante la inauguración de la nueva sede del CCP en Roma.
Después de un programa experimental e-learning que ha durado tres años y ha beneficiado a once socios en diez países en cuatro continentes, ahora comienza la fase de globalización, que además sostiene el trabajo de la Comisión que preside el cardenal O’Malley.
“Mil personas han participado y concluido con nosotros la fase experimental del Centro. Las personas que recibieron la formación on line eran colaboradores de las parroquias y de las escuelas católicas. Sacerdotes, diáconos, catequistas y educadores”, indicó el padre Hans Zollner SJ, presidente del Centro instituido por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.
La Iglesia de América Latina participó en esta fase experimental del CCP. “Sacerdotes, diáconos y seminaristas de Ecuador, Chile y Argentina han recibido la formación on line. La arquidiócesis de Córdoba ha difundido la formación en el seminario y este modelo servirá para formar los nuevos líderes de la Iglesia”, expresó el presidente del Centro.
Así, el CCP se propone expandir sus beneficios a instituciones religiosas y no religiosas (institutos formativos y académicos, Iglesias locales, congregaciones y órdenes religiosas y otras organizaciones no gubernamentales, ONG), sobre todo en Asia, África y Sur América. “La colaboración seguirá el principio de subsidiaridad: los socios se harán responsables del proyecto en sus países".
“El trabajo de prevención y formación del CPP ha sido posible sólo con la ayuda de nuestros socios. Ellos han ampliado la red. De esta manera, nuestra misión es aumentar el radio de acción y el impacto de nuestros esfuerzos”, apuntó el padre Zollner.
“Entretanto, en colaboración con nuestros socios, podemos desarrollar con decisión nuestro programa y ser aun más sensibles a las características culturales de cada país”, añadió el presidente, también miembro de la PCPM.
Inicialmente, el CCP fue fundado en Múnich (Alemania) en enero de 2012 por el Instituto de Psicología de la Gregoriana con la colaboración del Departamento de Psiquiatría de la Infancia y de la Adolescencia/Psicoterapia de la Universidad clínica de Ulm, y con el apoyo de la arquidiócesis de Múnich y Frisinga.
Además del programa formativo para la prevención de los abusos, el CCP realiza actividad de investigación interdisciplinar, promueve programas de doctorado y organiza conferencias internacionales sobre la prevención y la tutela de las víctimas.
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