«Humillación y no mundanidad, el camino de los cristianos»

«Humillación y no mundanidad, el camino de los cristianos»

El Papa Francisco celebra la misa en la Plaza de San Pedro ante más de 70 mil personas y lleva a cabo la bendición de las palmas en el Domingo de Ramos

"El camino de los cristianos es el camino de Jesús, el camino de la humillación y no aquel de la mundanidad, el egoísmo y la vanidad". Lo advirtió el Papa en el sermón de la misa con motivo del Domingo de Ramos. Ante 70 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro, Francisco realizó la tradicional bendición de las palmas y los ramos, antes de reflexionar sobre la próxima Semana Santa.  

“La humillación de Jesús. Esta palabra nos desvela el estilo de Dios y, en consecuencia, aquel que debe ser el del cristiano: la humildad. Un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde”, dijo el pontífice.

Precisó que el humillarse es, ante todo, el “estilo de Dios”, quien se humilló “para caminar con su pueblo” y para “soportar sus infidelidades”. Insistió: “Esta es la vía de Dios, el camino de la humildad. Es el camino de Jesús, no hay otro. Y no hay humildad sin humillación”.

No obstante, reconoció que existe otro sendero, contrario al camino de Cristo: El que conduce a la mundanidad, a la vanidad, al orgullo y al éxito. Es “la otra vía”, explicó Jorge Mario Bergoglio y reconoció que el “maligno” se la propuso también a Jesús durante los cuarenta días en el desierto pero él la rechazó sin dudarlo. Por eso explicó que sólo con él, “solamente con su gracia y con su ayuda”, los seres humanos pueden vencer esa tentación de la vanidad y de la mundanidad, no sólo en las grandes ocasiones, sino también en las circunstancias ordinarias de la vida.

 

Según el pontífice, la humildad quiere decir también servicio y significa dejar espacio a Dios negándose a sí mismo, “despojándose” que es –al mismo tiempo- la humillación más grande.

 

“En esto, nos ayuda y nos conforta el ejemplo de muchos hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad, una persona sin techo”, explicó.

“Pensemos también en la humillación de los que, por mantenerse fieles al evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne. Y pensemos en nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy - que son muchos -: no reniegan de Jesús y soportan con dignidad insultos y ultrajes. Lo siguen por su camino. Podemos hablar, verdaderamente, de ‘una nube de testigos’: los mártires de hoy”, apuntó.

Instó a todos a seguir el camino de humillación de Jesús durante la Semana Santa porque, sólo así, esta será verdaderamente “santa”. 

“Durante esta semana, emprendamos también nosotros con decisión este camino de la humildad, movidos por el amor a nuestro señor y salvador. El amor nos guiará y nos dará fuerza. Y, donde está él, estaremos también nosotros”, añadió.

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