Hermanos musulmanes y cristianos reconstruyen juntos en Palestina

Hermanos musulmanes y cristianos reconstruyen juntos en Palestina

En medio del sufrimiento que vive Palestina, hay historias de unidad que iluminan la oscuridad. En ciudades como Belén o Ramala, musulmanes y cristianos colaboran codo a codo para reconstruir lo que la ocupación ha destruido. Esta solidaridad interreligiosa demuestra que la humanidad compartida supera cualquier diferencia. La convivencia pacífica sigue viva, a pesar del conflicto.

 

Una de las iniciativas más conocidas es la del Comité de Reconstrucción de Nablus, donde voluntarios de ambas religiones rehabilitan casas y escuelas dañadas. El ingeniero Ahmad Salim, musulmán, y el profesor Elias Matar, cristiano ortodoxo, trabajan juntos desde hace más de diez años. Su lema es simple: “No reconstruimos solo paredes, reconstruimos esperanza”.

Durante el mes de Ramadán, familias cristianas han participado en la preparación de iftars para vecinos musulmanes.

A su vez, durante la Navidad, los musulmanes ayudan en la logística de los festejos cristianos. Esta reciprocidad no es nueva: forma parte de la historia palestina desde hace generaciones. El respeto mutuo ha sido siempre más fuerte que la división.

Además, en universidades como la de Birzeit, se promueven proyectos académicos de diálogo interreligioso. Jóvenes de distintas creencias colaboran en investigaciones sobre identidad, justicia y derechos humanos. Este tipo de cooperación forma una base sólida para la paz futura. También fortalece el sentido de pertenencia a una misma causa: la libertad del pueblo palestino.

Estas historias son la prueba de que la fe, vivida con sabiduría, puede unir en lugar de separar. En Palestina, donde tanto se sufre, la fraternidad entre musulmanes y cristianos es un símbolo de esperanza. Nos recuerda que el islam no es enemigo del otro, sino compañero en la lucha por la dignidad y la justicia.

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