Cuatro meses después de iniciada la guerra de Gaza, con más de 30.000 muertos, la mayoría civiles, y de estos, buena parte menores de edad, los desastrosos efectos de la contienda que ha arrasado fundamentalmente ese territorio palestino se hacen notar también en el sector del turismo religioso en Tierra Santa, sostén principal para su población.

De hecho, según informa Katholisch, en plena temporada alta de peregrinaciones por Cuaresma y Semana Santa a los lugares sagrados del cristianismo, sólo hay 300 reservas para los oficios religiosos de estos días, cuando en marzo, abril y mayo del año pasado ascendían a casi 4.500.

Según la oficina de peregrinos de la Orden Franciscana, se esperaba que en los primeros nueve meses de 2023 se batiera un nuevo récord de peregrinaciones. “Sin la guerra, habríamos batido el récord de 2019”, señalan los franciscanos, cuando 16.341 grupos (613.300 personas) hicieron su reserva. A finales de septiembre de 2023, las reservas ya eran de 13.000 (unas 500.900 personas).

Pero también el Ministerio de Turismo israelí ha notado el impacto de la guerra. Según los últimos datos, unos 3 millones de turistas llegaron a Israel en los primeros tres trimestres de 2023, casi un millón menos que las estimaciones previstas, y lejos, también, del año récord de 2019, con 4,5 millones de turistas.