La Guardia Suiza, el ejército más pequeño y original del mundo

La Guardia Suiza, el ejército más pequeño y original del mundo

¿Sabías que en ocasiones sus soldados visten de paisano?

 

 

Desde el día 22 de enero de 1506, la seguridad del Papa está confiada a la Guardia Suiza Pontificia, que equivale a las “fuerzas armadas” de la Santa Sede. El famoso cuerpo de guardia está compuesto por 5 oficiales, 26 sargentos y cabos y 78 soldados.

 

Historia y misión

La Guardia Suiza Pontificia fue formada a petición del papa Julio II, en 1503. Cerca de 150 nobles suizos reconocidamente valientes se trasladaron a Roma para atender a la solicitud de protección hecha por el pontífice.

En esa época, la Guardia Suiza era un importante grupo de soldados mercenarios que podían ser contratados por las potencias europeas a cambio de dinero. Desde el siglo XIX, sin embargo, sirven sólo a la Santa Sede.

Su misión incluye la guardia del Papa durante las visitas de autoridades extranjeras, el acompañamiento en viajes internacionales y la prestación de servicios de seguridad de paisano en eventos multitudinarios, cuando los guardias se mezclan con el pueblo, pero equipados con armamento diverso y con modernos dispositivos de comunicación.

La entrada de nuevos guardias a la corporación tiene lugar a principios de mayo, cuando los reclutas prestan juramento ante el papa, levantando la mano derecha y manteniendo abiertos los tres dedos del medio, en alusión a la Santísima Trinidad.

 

Curiosidades

– El inconfundible uniforme de los guardas suizos está hecho de tela de satén en los colores azul royal, amarillo dorado y rojo sangre. El traje habría sido diseñado por Miguel Ángel, el célebre artista que también pintó la Capilla Sixtina.

– Se trata del único grupo de soldados privados que la ley suiza reconoce.

– Sólo pueden formar parte de la Guardia Suiza hombres católicos, con diploma profesional o enseñanza media terminada, con edad entre 18 y 30 años y altura mínima de 1,74m. No pueden estar casados, a excepción de los cabos, sargentos y oficiales. Ellos también tienen que haber hecho el servicio militar en el ejército suizo, no tener antecedentes penales y ser de reputación social impecable.

– El tiempo de servicio de un miembro de la Guardia Suiza es normalmente de dos anos, que pueden ser renovados hasta un máximo de veinte.

– La lengua oficial de la Guardia Suiza es el alemán.

– El lema de la Guardia Suiza, en latín, es “Àcriter et fidèliter” (“Con valor y fidelidad”).

– Sus patronos son tres: San Martín, San Sebastián y San Nicolás von Flüe.

– La bandera de la Guardia Suiza contiene el emblema persona del papa; así, la corporación es la única del mundo cuya bandera cambia con cada nuevo jefe de Estado.

– La vida cotidiana de los guardas incluye también celebraciones litúrgicas, con capilla propia donde celebra el capellán del ejército pontificio.

– En septiembre de 1943, los nazis ocuparon Roma y pasaron a patrullar la ciudad hasta la Plaza de San Pedro, pero no se atrevieron a invadir el Vaticano. La guardia contaba sólo con 60 hombres, con lo que sólo podían ofrecer una resistencia simbólica. Además, el papa Pío XII había dado órdenes de que la Guardia Suiza no derramase sangre en su defensa.

– El primer comandante de la Guardia Suiza Pontificia fue Kaspar von Silenen (1506-1517) y el actual es Christoph Graf.

– El 4 de mayo de 1998, el entonces comandante Alois Estermann, su esposa Gladys Meza Romero y el vice-cabo Cédric Tornay fueron encontrados muertos en el apartamento de Estermann. El delito se atribuyó al vice-cabo Tornay, que había sido reprendido por faltas disciplinares y se le había negado una medalla habitualmente concedida a los guardas después de tres años de servicio. El vice-cabo se suicidó tras matar al comandante y su mujer. El papa Juan Pablo II celebró la misa fúnebre de Alois Estermann.

– La Guardia Suiza es responsable de la seguridad del Papa y de los edificios pontificios, pero no del Estado del Vaticano como tal. La Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano es la que se encarga de la policía y la seguridad de la Ciudad-Estado, responsabilizándose del orden público, del control de la frontera y del tráfico, de la investigación criminal y de las demás funciones propias de la policía.

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