Centenares de hombres y mujeres participaron ayer, lunes, en un evento de oración en el Kotel (Muro Occidental o “de los Lamentos”), en Jerusalem, en virtud de la ola de ataques terroristas que tienen lugar en todo Israel, organizado por el gran rabino de Tzfat (Safed), Shmuel Eliyahu (en el centro de la foto) y que contó con la participación de sus colegas local, Aryeh Stern (a su derecha), y del Instituto del Templo, Israel Ariel (a su izquierda).
En declaraciones al diario israelí en inglés The Jerusalem Post, el primero elogió la tarea de las fuerzas de seguridad y explicó que su iniciativa pretendía que “la gente sencilla clame a D’s porque el poder del pueblo judío es el de la plegaria”.
“Estamos en un momento de angustia y nuestros enemigos se han alzado para asesinarnos; no importa (a quién ataquen) siempre y cuando sea judío, desean derramar nuestra sangre como si fuese agua”, se quejó.
“Si nuestros enemigos continúan levantando cuchillos contra nosotros en Jerusalem, significa que no estamos actuando como es necesario; el hecho que haya terroristas que todavía salgan con vida de cometer esos actos implica que no hemos entendido que estamos en guerra y que debemos destruirlos”, criticó el líder religioso.
“¿Deberíamos dejarlos con vida para luego liberarlos en otro gesto a Abu Mazen (nombre de guerra del titular de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas? El hecho que todavía tengan deseos (de cometer atentados) muestra que no estamos operando con la suficiente fuerza”, insistió.
“Su terrorismo no comenzó con las visitas a la Explanada de las Mezquitas, que los judíos comenzaran a rezar en el Kotel también fue una razón para ello; asesinan porque son asesinos: están matando a sus hermanos en Siria, arrastran personas a través de las calles de Libia, tiran gente desde edificios en Gaza, inmolan individuos en el fuego... son los mismos que están alzando sus cuchillos contra nosotros aquí”, equiparó Eliyahu.
“Hoy hemos demostrado una vez más que el espíritu judío derrotará al terrorismo musulmán”, proclamó Stern, por su parte.
“Jerusalem fue y seguirá siendo la capital eterna del pueblo judío y ningún terrorismo quebrará un espíritu que ha demostrado muchas veces ser más fuerte que cualquier violencia o asesinato”, completó.
El evento consistió en un extenso servicio de salmos y oraciones, acompañado del sonar de trompetas de plata creadas por el Instituto y que se tocaban en tiempos de guerra y sufrimiento cuando existía el Templo de Jerusalem, explicó su rabino.
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