“Soy un convencido de que el lugar de todos los judíos del mundo es el Estado de Israel, pero mientras eso no suceda, la única forma de conservar la unidad y la solución para gran parte de los problemas y ataques que sufren es la educación”, y por esa razón “el Keren Kayemet (Leisrael, KKL) este año va a trabajar intensamente en la recolección de fondos y a participar en toda la actividad sionista de Latinoamérica (...)
(...) donde va a invertir una cifra importantísima para desarrollar programas educativos y visitas a Israel de otros organismos, así como en la presencia en la vida comunitaria”, sintetizó ayer, lunes, el titular de sus comisiones de Finanzas e Inversiones, el argentino Hernán Felman (a la izquierda en la foto), a laAgencia Judía de Noticias (AJN).
“Tenemos montones de programas importantes en países más y menos activos, y entre los primeros están Uruguay, México, Brasil y la Argentina”, destacó.
El KKL “tiene un presupuesto anual que se acerca a los 300 millones de dólares y, sin lugar a duda, hace mucha obra en todos los campos en beneficio del Estado de Israel y del Movimiento Sionista, al cual financia principalmente”, subrayó el funcionario, que aclaró que “cada centavo que llega a Israel es dedicado en forma inmediata a proyectos específicos, y el Keren Kayemet le agrega un 25 por ciento de sus reservas”.
En cuanto a proyectos, “este año vamos a participar en la Feria Internacional de Milano (Italia), financiando el pabellón israelí junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, y estamos aprovechando para llevar a delegaciones de todo el mundo, y que también vengan a Israel”, anticipó.
Por otra parte, “el Keren Kayemet sufre ‘en carne propia’ y permanentemente el antisemitismo y el antiisraelismo y no hay explicación que sirva, ni el centro industrial en Jura u otras obras extraordinarias y únicas que estamos haciendo para los beduinos”, lamentó Felman.
Asimismo, durante la reciente Guerra de Gaza, el KKL “puso refugios (antibombas) donados desde todo el mundo” para ayudar a la población civil, informó.
“Tenemos decenas de kilómetros de ‘forestación de seguridad’: plantamos árboles en la frontera (con ese enclave) como una cortina natural, a los efectos de dificultar el disparo de francotiradores contra nuestros agricultores”, pero “muchos fueron lamentablemente destruidos por el paso de tanques y blindados, y reemplazados en forma inmediata con otros ya maduros”, a fin de volver a cumplir enseguida con esa misión, contó el titular de las comisiones de Finanzas e Inversiones del KKL.
También “hubo campos ocupados por el Ejército”, lo cual “obligó a reconstruirlos a los efectos de que la tierra vuelva a ser útil para plantaciones”, finalizó.
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