Franco Brambilla: "No hay hostilidad ni complots, sólo sensibilidades distintas"

Franco Brambilla:

Para el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, la mayoría de los obispos de línea pastoral reconocen la frescura y la capacidad de comunicación del Papa

Por Elisabetta Piqué

ROMA.- Aunque la mayoría de los diarios italianos tildaron ayer la falsa noticia del tumor del Papa como un intento de desestabilizar su papado y el sínodo, monseñor Franco Brambilla, obispo de Novara, ciudad del norte de Italia, y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, no parece preocupado.

En una entrevista con LA NACION este teólogo de 66 años, autor de varios ensayos y discípulo del prestigioso y fallecido cardenal Carlo Maria Martini, aseguró que no veía complots contra Francisco sino "diferentes sensibilidades, inevitables cuando hay un cambio".

"Lo que puedo decir es que para mí lo más impresionante de este sínodo es la actitud de Francisco. Siempre estuvo en las sesiones, con una atención, una simplicidad, una cordialidad y una discreción impresionantes. Hasta vino a tomar café con nosotros y a charlar... Su actitud fuera de lo común hizo que nuestra discusión fuera libre y constructiva", aseguró.

-¿Cree que hay un intento de desestabilizar o deslegitimar el pontificado de Francisco?

-No creo...

-El cardenal alemán Walter Kasper le dijo al Corriere della Sera que "es evidente que a algunos no les gusta este Papa". ¿Es así?

-Esto siempre ocurrió... Hay que distinguir al Papa en cuanto figura, que es el obispo de Roma, punto de referencia de la fe y de la caridad. Después, uno puede tener distintas sensibilidades. Pero no creo que ningún obispo pueda decir "no me gusta el Papa".

-Usted es el vicepresidente de la Conferencia Episcopal: ¿los obispos italianos, que al principio del pontificado estaban descolocados con Francisco, cambiaron? ¿Lo siguen?

-Los obispos italianos necesitamos reorientarnos. Pero la gran mayoría entiende que el modo de anunciar el Evangelio de Francisco llega a la gente. Y la mayoría de los obispos de línea pastoral siente esto; yo mismo siento esto. Hay una frescura y una capacidad de comunicación de parte del Papa que es una ventaja para nosotros, que nos ayuda.

-Usted entonces no cree que haya hostilidad y complots en su contra...

-No, hostilidad y complots no. Lo que sí puede haber son sensibilidades distintas, pero esto ocurre siempre cuando hay un cambio; es inevitable.

-¿El documento final dejará las puertas abiertas o las cerrará en las cuestiones candentes, es decir, las familias en situaciones difíciles?

-Yo creo que dejará las puertas abiertas. Habrá que ver qué pasa en la votación del sábado; por eso es importante alcanzar una formulación moderada, que reciba la mayoría de los dos tercios. Creo que la intención de todos es no cerrar puertas.

-Por lo que se deduce de los informes de los círculos menores, no habrá una apertura universal a la comunión a los divorciados vueltos a casar, aunque muchos parecen favorables a que cada obispo pueda decidir en su diócesis, caso por caso, luego de un camino especial... ¿Es así?

-Ésta puede ser una solución. Otra es que se les mande a los obispos un camino, con criterios comunes, y en el foro interno. Porque el acompañamiento no es la aplicación de una regla, sino que hay que ver cómo responde la conciencia. Si una persona hace un camino, consolidó su situación, arregló la situación precedente, porque también hay un elemento de justicia en relación con la situación precedente, debe ser un camino que tiene un inicio y un final, evidentemente.

-¿Entonces no hay contraposición entre doctrina y pastoral?

-No, porque la doctrina es una formulación teórica y la pastoral es la acción de la Iglesia. Y hay una relación circular entre ellas. Hay que revitalizar esta relación circular de la doctrina y la pastoral, que no deben estar contrapuestas, porque el saber de la vida es a la vez teórico y práctico y cambia con el tiempo.

Crean un nuevo dicasterio de la familia

En la sesión de la tarde del sínodo, ayer, el Papa tomó la palabra y anunció su decisión de crear un nuevo dicasterio de la familia, que se ocupará de los laicos, la familia y la vida. Reemplazará al Pontificio Consejo para los Laicos y al Pontificio Consejo para la Familia, y se ocupará de la Pontificia Academia para la Vida. 

El Papa también decidió formar una comisión que redactará un texto que delimitará las competencias del nuevo dicasterio, que será sometido a la discusión del consejo de cardenales de diciembre próximo. Hacía tiempo que se hablaba de la creación de este nuevo dicasterio en el marco de la reforma de la curia para reducir la burocracia del Vaticano.

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