Por Sergio Rubin

En contraposición a la crítica posición del presidente Javier Mileil, el  Papa Francisco realizó una fuerte defensa del Estado, al considerar que su papel es “más importante que nunca” en la "redistribución y justicia social", en un video mensaje enviado a un encuentro de jueces de latinoamérica que se realizó este miércoles en Buenos Aires.

A dos semanas de haber recibido en el Vaticano en una larga y cordial audiencia a Milei –que se declara el primer presidente “liberal - libertario", Francisco arremetió contra “el dios mercado y la diosa ganancia”, a las que consideró “falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta”.

El mensaje fue proyectado durante un acto con motivo de la inauguración de la sede porteña del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU), una institución católica –“asociación privada de fieles”- surgida en 2019 por impulso del pontífice, que preside el juez de la Ciudad Andrés Gallardo, protagonista de polémicos pronunciamientos judiciales.

Gallardo estaba acompañado en el estrado por el ex ministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni –de abierta simpatía por el kirchnerismo-, que preside el Instituto para la investigación y Promoción de los Derechos Sociales Fray Bartolomé de las Casas, creado el año pasado y también promovido por Francisco,  con "finalidades académicas, docentes y de formación sobre la temática de Derechos Sociales, migración y colonialismo".

Tras recordar la importancia de la justicia en “este presente tan complejo” y cuánto es importante “poder reflexionar y formarse ante los nuevos desafíos”, Francisco dijo que “la misión de ellos: abogados, jueces, fiscales, defensores es trascendente y crucial”.

“El Poder Judicial es el último recurso disponible en el Estado para remediar las vulneraciones de derechos y preservar el equilibrio institucional y social. La justicia en medio de tanta injusticia”, señaló.

Subrayó que en estos tiempos, en que hay “pocos ricos cada vez más poderosos y millones de pobres negados y descartados, no hay futuro, desarrollo, justicia, ni democracia”.

“Vivimos épocas de intensa injusticia… en un mundo en donde millones de niños comen diariamente sólo los desechos de aquellos que si consumen”.

En ese sentido, señaló que “los derechos sociales no son gratuitos. La riqueza para sostenerlos está disponible, pero requiere de decisiones políticas adecuadas, racionales y equitativas”.

“El Estado, hoy más importante que nunca, está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia social. Y las normas ya han sido dictadas y son las que rigen. El problema es su vigencia efectiva, su concreción. Y es allí donde empieza vuestro papel”, les dijo el Papa.

Luego aseveró que son el "dios Mercado y la diosa Ganancia", las "falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta" y señaló que "la historia lo ha demostrado en muchas y muy tristes oportunidades. Son Moloch, devorando a las generaciones recién nacidas".

Consideró que la palabra de Jesús que fundamenta a la Doctrina Social de la Iglesia, es un sendero seguro y luminoso para coadyuvar en el ejercicio de la magistratura”.

Finalmente, en una propuesta provocativa, los animó a “reflexionar cada día, preguntándose cada uno y por los demás: hasta qué punto el ejercicio del poder público es legítimo.

“Los invitó a cuestionarse: Qué justificación puede tener el poder si se aleja de la construcción de sociedades justas y dignas; y cada uno, les preguntó,  puede ser un buen magistrado mirando hacia el costado frente al sufrimiento del otro".

Concluyó pidiendo a cada uno "firmeza y decisión frente a los modelos deshumanizantes y violentos. La paz es una construcción diaria y ustedes son obreros de la paz", les dijo.